Caso I: ¿Por qué me salvaste?

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El sótano era algo común. Pero claramente estaba alterado para volverlo un secreto. Este lugar no debía ser visto por nadie y el asesino se había asegurado de eso. Rosalie bajó primero, encendió La Luz de abajo, la cual Sherlock siguió por las escaleras. El espacio era bastante reducido, por lo que no les costó llegar a lo que buscaban, las pruebas. 

Un escritorio lleno de papeles con nombres, datos de empresas y fotos de los tipos que estaban muertos. Había de todo en ellos, desde a que eran alérgicos, hasta como se llamaba su mascota. Rosalie se puso sus guantes y tomo la evidencia para darle un mejor vistazo. Ahí estaba toda la información que relacionaba a los tipos. 

–Así que si estaban relacionados. –Dijo ella. 

–¿Cómo no lo pensé? 

–Vamos, date crédito. No es como que lo primero que se te pueda ocurrir en un caso así, sea que un par de gemelos, buscan a su padre que embarazo a su madre en un viaje de colegio a una exposición... Digo, si, está la posibilidad, pero no era lo más probable. –Rosalie rió, Sherlock no hizo nada, pero en el fondo le había hecho gracia lo que le dijo la chica. 

Al otro lado de la calle, estaba John, sentado dentro de su auto leyendo el periódico, alternando su vista cada vez que pasaba un auto. Ahora se encontraba más tranquilo, pues ya había pasado tiempo suficiente como para que esos dos recogieran lo que necesitaban y dejaran la casa. Así que cuando vio el auto, llamó con rapidez a Sherlock, con la esperanza de escuchar su voz decirle "lo tenemos todo, vamos para allá", pero en vez de eso, escuchó la voz de la contestadora diciéndole, "el número que usted ha marcado, se encuentra temporalmente no disponible, inténtelos más tarde". John, con cierto pánico, puso todas sus esperanzas en el teléfono de la chica, pero el mensaje se repitió. ¿Por qué no contestaban? Seguramente no era una buena señal, para nada. John decidió tomar el asunto en sus manos, no iba a arriesgar la vida de sus amigos por este caso, así que dió media vuelta en el auto y siguió al asesino. 

Mientras tanto, los otros fotografiaban la evidencia, confiados que John estaba al pendiente de su seguridad. Y ¿qué mejor que tener a un doctor ex-militar velando por uno? así que su confianza aumentó a tal punto que se quedaron revisando casa segundo.  Pero no tenían idea que a unos metros estaba el asesino, entrando por la puerta de su casa, la cual no sabía había sido ultrajada por los que en este caso, estaban del lado del bien. El hombre, dejo sus llaves en la entrada y con cierta confianza se dirigió a su cocina, en busca de algo para beber. Grande fue su sorpresa al ver su pequeño secreto abierto a plena luz del día. No tardo mucho en cerrar las cortinas de la cocina, para que ningún vecino fisgón se enterase de lo que estaba por hacer. Sin nada más que con un cuchillo de carne que encontró en el mesón, se adentró en el lugar, cerrando detrás de él. En absoluto silencio se movió hasta escuchar las voces de quienes estaban develando sus más profundos secretos. 

–Ya deberíamos volver, Sherlock. Tenemos todo lo que necesitamos para inculparlo. –Dijo la mujer. 

–Vamos, John debe estar como loco. –Ambos soltaron una pequeña carcajada, que quedó en el aire cuando se escuchó el crujir de la madera. –La escalera. 

–Nos tiene... –Susurro ella. 

No le tomo mucho a Sherlock buscar el lugar más seguro del sótano. Rosalie siguió las instrucciones del hombre y ambos fueron a la esquina detrás de los muebles acumulados. El hombre bajo y se paró en la entrada, la única salida. Miró a todos lados, pero la lámpara producía una luz muy tenue como para poder distinguir a una persona de un sofá. No ayudaba mucho el que tuviera demasiados desechos junto a sus investigaciones.  

Sherlock sabía que si querían salir, debían enfrentarse al tipo y muy dentro de él, quedaba algo de caballerosidad, que no permitiría que la chica fuera quien enfrentara al criminal, eso y que le gustaba hacerse el héroe. Rosalie también conocía esa verdad, así que intentó hacerle señas a Sherlock para que dejara que ella fuera quien forcejeara con el hombre, pero él se negó y simplemente le dijo "corre cuando yo lo tome" y dicho esto, se lanzó sobre el hombre que estaba de espalda a ellos. Rosalie le hizo caso a Sherlock, pero justo cuando puso un pie sobre la escalera, escuchó el grito de su compañero. Volteó para ver que el hombre tenía a Sherlock debajo suyo y el brazo del detective sangraba bastante. 

Criminal (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora