Caso IV: Ventaja

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El reloj sonó once veces y el frío de la noche se hacía sentir. Sherlock volvía a Baker para encontrarse con su compañera y compartir sus descubrimientos, pero para su sorpresa, su hogar estaba bañado de papeles y una joven sentada en medio de todos ellos, con su computador en las piernas. Los ojos de Rosalie no se molestaron en ver a Sherlock, simplemente siguió con su lectura, moviendo sus manos por las teclas, cambiando de pantallas y provocando que la iluminación reflejada en su rostro pasara de blanca a azul y de azul a negra en segundos.

–¿Qué haces? –Preguntó él. 

–Sigo mi pista. 

–¡Nada por aquí! –Se escuchó desde la cocina, provocando que Sherlock sostuviera la respiración.

Tom apareció a los pocos segundos, con una carpeta en sus manos. Rosalie la tomó y la arrojó detrás de ella, donde había una pila con más papeles y carpetas. Sherlock, quien no podía quitar sus ojos de Tom, se acercó más al centro de la acción y se interpuso entre ambos, forzando a Tom a alejarse de la joven unos pasos de la joven. 

Definitivamente no era algo que él quería, no le gustaba que invadieran su espacio y menos él. Rosalie por su parte no parecía tener problema con que Tom estuviera ahí, y eso solo le molestaba más al detective, haciendo hervir su sangre.

–¿Y él apareció justo cuando lo necesitabas? –Inquirió el detective. 

–No, lo llamé... o sea, estábamos hablando y se me ocurrió una idea y bueno, él vino a ayudarme. 

Tom sonrió desde el otro lado, mirando a Sherlock, sabiendo perfectamente de lo que se trataba. Tom no era un idiota y podía sentir a su rival frente él, sabía que Sherlock no estaba molesto porque él estuviera en el caso, sino que estaba molesto porque estaba con ella en vez de él. Le había tomado unos minutos saber que el verdadero interés del detective era ella, obviamente entendía que Sherlock era una persona especial, pero había que estar ciego para no notar que estaba celoso de él.

 Le había tomado unos minutos saber que el verdadero interés del detective era ella, obviamente entendía que Sherlock era una persona especial, pero había que estar ciego para no notar que estaba celoso de él

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–No podía dejarla ahogarse en este montón de papeles sola, ¿no es así, Sherlock? –Respondió Tom, con una cínica sonrisa en su cara.

–No... –Sherlock se arrodilló y tomó uno de los papeles para leerlo. –¿Qué? 

Rosalie sonrió, sintiendo que su presentimiento era más real aún, Sherlock no tenía nada y ella iba por el camino correcto o por lo menos uno más cercano que el de su compañero y eso significaba que iba a ganarle. Tom se sentó en el sofá y tomó otra carpeta para seguir leyéndola; Sherlock recogió más archivos y leyó su contenido para poder seguir la pista tras la que Rosalie iba.

–Es como... 

–Tu caso con Moriarty, si. –Se adelantó ella. 

–No creo que sea él. –Dijo Sherlock.

Criminal (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora