Criminal (Sherlock BBC)

"Stayin' alive"

John estaba esperando que el detective dijera algo, lo que fuera pero no estaba teniendo mucha suerte. Mary estaba con Elizabeth en la cocina, intentando darle ánimo a John para que pudiera ayudar a su amigo, pero tampoco tenía mucho que decir. Sherlock había aparecido en su casa hace como una hora y aún no soltaba nada de lo que tenía en su interior. Mary volvió a la sala con su hija y la sentó junto al detective, quien fue apresado por las pequeñas manos de la niña. John se sentó frente a su amigo, quien "jugaba" con la pequeña. 

–¿Te quedarás a almorzar? –Preguntó él. 

–No tengo hambre. –Respondió Sherlock. 

–Sabes. –Habló Mary. –John es un pesado por las mañanas. –John la miró y ella sonrió. –O cuando le duele algo... Que Dios me ayude, es tan irritable. 

–¡Mary! –Replicó el doctor. 

–Es verdad, querido. –Dijo ella. –Pero supongo que lo amo demasiado, así que aguanto esas cosas. 

John comprendió lo que su mujer intentaba hacer, quería que Sherlock entendiera que un problema no significa el fin de todo. Si lograba hacerlo, Sherlock quizá se arreglaría con Rosalie, con lo que fuera que hubiese pasado entre ambos. El detective se acomodó y negó con la cabeza. No pensaba hablar del tema, no porque no quisiera quejarse de lo ocurrido, sino porque sabía que lo que Rosalie estaba haciendo estaba mal y no quería que sus amigos lo vieran. Aún con todo lo ocurrido, quería protegerla. 

John se levantó y camino nuevamente a la cocina, Mary se quedó junto a Sherlock y su hija, esperando alguna reacción. De repente, el teléfono de Sherlock comenzó a sonar, lo cual era bastante extraño pues casi todos sabían que Sherlock no era de los que hablaban por teléfono sino más bien mensajeaban. El detective miró la pantalla y se levantó con cuidado de molestar a la pequeña. Le costó unos segundos atender, pero lo hizo de todas formas; su rostro palideció y sus movimientos se volvieron bruscos. Mary llamó a John inmediatamente, pues sabía que algo no andaba bien. 

–¿Qué paso? –Dijo el doctor apenas Sherlock terminó la llamada. 

–Rosalie está en el hospital. –Dijo casi sin aliento. –¡Tengo que ir! 

No entendían nada de lo que estaba pasando. John acompaño a Sherlock en un taxi, Mary los iba a alcanzar después, junto a Elizabeth. Por lo que habían dicho los paramédicos, la chica había estado sobre una explosión y llamaron a Sherlock apenas la habían sacado de ahí, mientras iban en la ambulancia camino al hospital. Sherlock no había captado todo, pues apenas escuchó el nombre de la chica y explosión, su mente se cerró por completo. 

En el hospital parecían no saber mucho de la chica, quizá porque había llegado recién y aún no tenían toda la información. Por suerte no pasó mucho hasta que un enfermero de no más de 35 años apareció y llevo a los hombres a una sala de espera. Se supone que dentro de poco un doctor saldría para informar el estado de la joven, pero los minutos pasaban y pasaban y nadie tenía noticias aún, lo cual estaba volviendo loco a Sherlock. 

–¿Sherlock Holmes? –Preguntó una mujer de un metro cincuenta como mucho, llevaba mascarilla y bata. Sherlock se levantó inmediatamente. –Tenemos un problema. –La respiración del detective se detuvo unos segundos. –Ella está estable, pero... Su nombre no coincide con su historial médico. 

Rosalie no era ella en verdad, claramente no iba a ser lo mismo, pero hasta ese momento nadie se había cuestionado aquel detalle. Sherlock, quien intentó mentir de alguna forma para sacarla de algún problema, no fue capaz de hablar. No había forma de decir algo coherente que la ayudara. 

–No hay problema. –Se escuchó una voz por detrás. –Es un tema delicado. –Mycroft apareció por detrás y le mostró algo a la doctora. –Entenderá que esto no debe salir de aquí. –La mujer instantáneamente asintió.