Rosalie: II

856 105 2
                                    


Sherlock parecía tan conmocionado que no decía nada. Rosalie, obviamente, se preocupó. Desde que había llegado a ese extraño edificio, él jamás había mostrado una cara así, siempre era arrogante y seguro de su mente, pero ahora estaba callado como un gatito que teme a la mano de un hombre, lo cual quizá no era la mejor analogía, pero daba al caso.

–¿Sherlock? –Preguntó ella. – ¿Qué pasa? 

–Moriarty... –Dijo en un susurro. 

–¿Moriarty? ... ¿James Moriarty? –Preguntó ella con la voz temblorosa, viendo en su mente la imagen del profesor.

Ahora si ambos estaban pálidos. Ella jamás pensó que esto podría pasar, juró que con su muerte todo había terminado. Sherlock estaba asustado al saber que ella sabía de él. Sherlock había vuelto por Moriarty, pero desde entonces nada había pasado y simplemente lo atribuyó a alguna amenazada de sus seguidores. Rosalie supo de la muerte del criminal, pero salvo eso no se enteró de los videos que rondaron Londres hace un tiempo, pues ella no estaba en el país en esas fechas. 

–¿Lo conoces? –Preguntó ella después de unos minutos. Él asintió. –No... ¿tú lo mataste? Digo, no literal, pero entiendes. –Sherlock nuevamente asintió. –Destino... Já, ese hijo de puta. 

–No es destino, él fue. 

–Él nos junto. –Terminó la chica. –Pero, ¿cómo? no podía saber que... –Su mirada se pedió en la ventana, recordando todo desde que conoció al profesor. 


Ella aún era joven, pero estaba empezando a tomar un papel más importante en la mafia. Hasta ese momento las operaciones estaban principalmente guiadas por el criminal consultor. La jefa trataba con él a diario y él ayudaba a hacer los movimientos necesarios para que todo saliera bien, a cambio de hacer uno que otro trabajo para él. Rara vez le interesaba el dinero, él quería cosas más extrañas que eso, pero nadie lo cuestionaba, pues sus asuntos no eran preocupación de la mafia siempre y cuando ellos obtuvieran lo que querían. Rosalie lo había visto anteriormente, pero jamás había cruzado más de un par de palabras con él, así que no estaba interesada en un tipo tan loco, ella solo quería hacer su trabajo. 

Cuando su jefa, Olga, se enteró de lo inteligente que era su niña estrella, sintió aún más afecto por la joven, la cual ya tenía un lugar especial con ella. Rosalie era algo así como la hija que ella jamás tuvo, por lo que tenía un trato especial con la chica. Eso partió desde que la mandó en misiones con los más experimentados, no para presionarla, sino para cuidarla, porque sabía que los mejores tenían más probabilidades de vivir. La inteligencia de Rosalie simplemente aumentó este afecto, entonces ahora le ofrecía un puesto en el equipo de planeo, para eso necesitaba experiencia en estas cosas y quien mejor para enseñarle que el mismo profesor. Rosalie convivió con Moriarty durante unos meses, aprendiendo de él todo lo que sabía sobre crimen organizado. 

El tiempo llegó donde la alumna estaba lista para ser liberada, pero ella y Jim debían seguir trabajando juntos, el "contrato" era trabajar hasta un año más pues había una operación que requería tiempo, pero Rosalie difería cada vez más con la forma de actuar del profesor, así que no se quedó callada cuando fue tiempo de hablar. Olga estaba entre la espada y la pared, pues su imperio estaba en juego, en la época más importante del año no podía faltarle equipo, menos si se trataba de la mente maestra.  Moriarty era un tipo que gustaba ver sufrir a los demás, que pensaba en la gloria y el poder; Rosalie sabía bien que esas cosas no congeniaban con el rubro que ellos tenían, pues dentro de su mundo todo debía ser encubierto y por debajo de la mesa. 

Olga no iba a dejar ir a su tan querida niña, por lo que el despedido fue Moriarty. Rosalie tomó su puesto, dando resultados incluso mejores que los del profesor, pues ella simplemente quería un pedazo del pastel para si misma. Dinero que poco a poco fue acumulando. Moriarty había perdido gran parte de su poder con esa movida, lo cual no lo dejo contento del todo, y así fue como empezó su venganza contra la chica. Volvió a todos los criminales de la cuidad en contra de ellos, poco a poco fue debilitando el imperio que Olga había construido, creando una inestabilidad en el eje de poder, provocando que todos pusieran en la mira a la joven, quien en esa época tenía apenas 21 años. 

Rosalie se las arregló para cambiar eso, por lo que espero que el profesor pronto hiciera una movida en su contra, pero al parecer esto no paso. Ella espero bastante tiempo que su aparición dejara estragos en ella, pero él jamás volvió a tocarla. Tiempo después supo de su muerte y con eso quedó en paz, pero ahora resultaba que él estaba presente, incluso después de muerto.

La chica no podía dejar de intentar unir los cabos de este problema, empezaba a entender que todo había sido un gran plan, pues desde que empezó a poner a su equipo en contra de ella, la orillo a irse, la forzó a encontrar a Sherlock. Entendía que él quisiera venganza aún después de muerto, era algo que él haría, entendía que jugara con ella de esa forma. Entendía que Sherlock estuviera en su lista de venganza también, después de todo por él fue que murió. Lo que no entendía era porque tenerlos juntos. No es que simplemente quisiera poner una bomba en Baker y volarlos a ambos, porque de ser así, ya ambos estarían muertos desde que ella puso un pie en la calle. No cuadraban sus teorías con los hechos, Moriarty estaba detrás de algo más grande aún, algo que ella misma no comprendía aún después de pasar meses estudiándolo a él y a sus métodos. 

–Sherlock... –Dijo ella. – ¿Qué haremos? 

–Esperar... no podemos hacer nada hasta que él haga su nueva movida. 

–No es ajedrez, por Dios, Sherlock. –Dijo ella con un poco de desesperación. –Es Moriarty, y algo quiere de nosotros. 

–Primero... dime, ¿cómo lo conoces? 

–Trabajó con la mafia durante un tiempo. Antes de que yo fuera la cabeza de las operaciones, él estaba a cargo. –Sherlock miró con atención a la chica. – Él me enseño lo que se... un poco irónico que ahora me quiera muerta... o peor. 

–Yo lo maté... supongo que querrá peor. –Dijo, ambos rieron, lo cual parecía retorcido, pero ¿qué mas podían hacer en una situación así?

–En fin, tuvimos nuestros desacuerdos... él era un psicópata y yo me considero una persona con tendencias sociópatas bajo control.

–Si... controlada. –Dijo Sherlock con ironía. Rosalie le lanzó una bola de papel y ambos sonrieron. 

Finalmente Sherlock y la chica acordaron esperar al próximo movimiento del profesor y mantenerse en calma hasta ese momento. Ahora Rosalie tenía mucho en que pensar, pues no se trataba de alguien común detrás de ella, sino que era un muerto más inteligente que todos los gobiernos juntos, un muerto que buscaba venganza aún después de muerto. También estaba en su mente la idea de irse, la tentadora oferta de Mycroft de dejar a su hermanito y huir a un país lejano donde podría vivir como una persona normal, sin preocuparse por mafias, drogas o criminales que la persiguieran.  

Criminal (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora