Caso IV: Estamos juntos en esto

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Tom tocó la puerta, la cual abrió una somnolienta sra. Hudson, la cual fue sorprendida por el hombre que se aventó a la escalera a correr. Por mucho que a Sherlock le desagradara Tom, debía admitir que conocía bastante bien a Rosalie. Apenas escuchó el tono de voz de la mujer, supo que algo no andaba bien.  Le tomo menos de la mitad del tiempo que usualmente se demoraba en llegar. 

El ambiente en Baker, aunque era mejor que hace un rato, no parecía del todo bien. Sherlock estaba viendo por la ventana, casi perdido con su violín en el hombro, tocando una melodía bastante más monótona que las que solía tocar. Rosalie por su parte estaba recostada sobre el sofá, con los ojos cerrados y un mano sobre el punte de su nariz, intentando pensar en algo que la distrajera o que le diera una idea. 

–¿Qué paso? –Preguntó Tom, jadeando después de subir a zancadas los escalones. Rosalie y Sherlock voltearon al escuchar la puerta abrirse y luego al hombre hablar.

–Siéntate. –Dijo ella, quien se acomodo en el sofá, dejando un espacio para Sherlock quien dejó su violín apoyado contra la pared. 

La escena parecía como cuando una pareja pensaba divorciarse y tenían que contarle a su hijo sobre el tema. Tom estaba confundido y miraba de un lado a otro, esperando que la chica o el detective hablaran, pero ninguno parecía tener claro que pasaba. Finalmente Tom levantó una mano, incitando a que alguno dijera alguna palabra. 

–Moriarty. –Dijo Sherlock, esperando ver la reacción del hombre frente a él. Tom abrió los ojos. 

–¿Qué paso con él? –Dijo con aún más confusión. 

–Está detrás de nosotros. –Afirmó la chica. 

–No... no entiendo. 

Rosalie tomo una bocanada de aire y empezó a recapitular lo que había pasado esta noche. Desde que había hablado por última vez con Tom hasta que lo había llamado. El interrogatorio no iba a ser nada en particular, Sherlock y la chica sabían que habían grandes posibilidades de que Moriarty tuviera alguna influencia en lo sucedido, pero definitivamente no esperaban lo que iba a pasar. La mujer, la cual no demoró más de dos minutos en admitir su culpa en el caso, básicamente por envidia de la madre de los niños, por cosas que habían pasado hace ya varios años. Matar por perder un empleo frente a otra candidata sonaba a algo drástico, pero ese era el motivo. Sherlock fue directo a lo que le interesaba. Moriarty. 

La asesina sonrió de una forma bastante tétrica y se acomodó en la pequeña silla sobre la cual estaba sentada, posando sus manos sobre la mesa, haciendo sonar las esposas contra el metal de la superficie. Rosalie estaba apoyada en el respaldo de la silla y Sherlock era quien se había acercado a la mujer, una pequeña especie de psicología para ser uno el intimidante y la otra la relajada, el policía bueno y el malo era un clásico que a veces funcionaba. Pero la mujer no estaba interesada en eso, estaba cumpliendo con su parte y ya, así que habló como nunca sobre lo que sabía. 

–Alto. –Dijo Tom, interrumpiendo el relato de Rosalie. –¿Moriarty es el culpable? 

–Técnicamente. –Respondió la chica. –Él quería llegar a nosotros y los culpables solo fueron el medio. –Tom asintió, comprendiendo a lo que iba. 

Rosalie continuo por donde se había quedado. Habló sobre lo fría que se veía la mujer y comprendió porque Moriarty la había elegido, pues no tenía problemas con hacer lo necesario. En la confesión de la mujer, mientras hablaba sobre como Moriarty la había ayudado a conseguir todo lo necesario y hacer un plan lo suficientemente bueno como para cobrar venganza, habló sobre ellos. Moriarty sabía que ambos iban a estar en el caso y que lo iban a resolver, detalles como que los niños sobrevivieron fueron cosas que no pudo controlar del todo, pero salvo eso tenía cada uno de sus pasos listos. Rosalie y Sherlock tenían algo así previsto en sus especulaciones, pero las siguientes palabras de la mujer fueron lo que los paralizó. 

Criminal (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora