Criminal (Sherlock BBC)

Caso II: Sexo

Lestrade llamó a la mañana siguiente. Necesitaba a sus brillantes mentes. Sherlock se molestó cuando los pidió a ambos, pero no dijo más que un par de insulsos contra ambos. Rosalie se dispuso a hacer lo posible por ayudar, pues era increíblemente satisfactorio ver las caras de los idiotas cuando los pillaban, cuando no tenían palabras para excusar sus acciones, cuando sabían que era su fin. Uno de sus muchos placeres culpables era ver sufrir a aquellos que lo merecían.

Sherlock se empeño en llevar a John, pues se sentía pasado a llevar con la joven, lo cual solo le daban más ganas a ella de estar presente. Necesitaba apoyo y ¿quién mejor que John? ese par definitivamente se complementaba a la perfección. John acudió a la escena del crimen después que los consultores, apareció cansado y con olor a hospital. La chica sonrió al verlo y le indicó los detalles del caso. 

–Dos prostitutas muertas. No tenían ningún proxeneta y tampoco trabajan en el local... aparecieron sin que nadie las viera y murieron sin que nadie las escuchara. Sherlock dice que fue la dueña del lugar, yo creo que se mataron entre ellas. ¿Qué opinas? 

John estaba comenzando a agarrarle el gusto a trabajar con Rosalie. El doctor le informó a la chica que iría con su amigo y después de eso la dejó. Ella se quedó anotando un par de cosas importantes en su mente. El olor del cuarto... drogas. Las paredes tenían algo de moho. Nada fuera de lo común en estos lugares. Le llamó la atención el color de las sábanas, rojas, pero no por la relación al caso, sino porque eran extrañamente similares a las que tenía en su cama durante su último tiempo en la mafia. Lo ignoró, seguramente no tenía relación alguna y podría ser una coincidencia.

–Estoy lista. –Dijo Rosalie, apareciendo detrás de los hombres. –¿Vamos? 

–No aún. –Respondió Sherlock. 

–¿No terminas? ¿Qué mas quieres ver? Está muerta... no creo que puedas preguntarle nada.

–Cállate. 

Cuando Sherlock terminó, John los acompañó a Bart's a dejar las muestras que el detective había tomado previamente. La chica se quedó en silencio todo el camino, en parte porque estaba aburrida y tampoco tenía muchas acotaciones que hacer. Su mente estaba ocupada buscando un lugar a donde ir, un lugar donde vivir. Si te dieran la opción de vivir donde fuera ¿a dónde irías? no es una decisión que se tome a la ligera, pues tendría que pasar el resto de sus años en ese lugar. En su corta  vida había sido capaz de varios lugares y eso le gustaba, el poder conocer más y más. Era parte de ella estar de un lado a otro, parte de su trabajo.

Llegaron al hospital sin problemas, Sherlock habló con una mujer, la cual Rosalie jamás había visto. John se quedó junto a la joven, mientras Sherlock y aquella mujer de bata hablaban de algo que ellos no lograban escuchar. Rosalie miró a John, quien mensajeaba con Mary. 

–¿Son novios? –Preguntó ella. 

–No, ¿por qué lo dices? 

–Como lo mira. –La chica se encogió de hombros. Quizá jamás experimentara el amor, o nadie lo sintiera por ella, pero si sabía reconocer las señales del cuerpo. 

John ya no dijo nada. Rosalie observó la escena atenta, hasta que Sherlock se fue y ambos se levantaron para despedirse velozmente y seguir al detective. Estaba claro que Sherlock no tenía intenciones con la mujer, pero ella algo sentía por Sherlock, aunque quisiera esconderlo. Rosalie siguió en silencio, pensando en todo a su alrededor. Mirando la cantidad de ventanas que había de un extremo a otro del pasillo, escuchando cuantos pasos daba John cuando Sherlock apenas daba uno. Era una manía suya eso de fijarse en tonterías que a nadie le interesaban.