Traumas

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No quiero spoilear lo que está más abajo, pero menciono algunas cosas delicadas, en caso de que quieran saltar la parte delicada avisaré cuando empieza con un (**) y así mismo la terminaré.

El sol estaba comenzando a salir y se podía ver ese tono azulino amarillento en el cielo. El aire estaba fresco, demasiado quizá pero eso no le importaba menos a la joven, la cual se sentía pésimo. Tom iba detrás de ella, caminando por las aún vacías calles de Londres. Apenas habían dejado el bar en donde se encontraban y donde Rosalie había aspirado el último poco que quedaba en la bolsita, de eso ya hace más o menos una hora. 

–¿Ya te vas a casa? –Preguntó el hombre. Ella volteó para verlo. 

–No lo sé... ¿qué hora es? Perdí mi teléfono. 

–Yo lo tengo. –Dijo él, sacando el dispositivo de su bolsillo. –Lo tiraste mientras bailabas. –Se lo entregó. 

–Mierda. –Susurró la joven, al ver los mensajes de Sherlock e incluso un par de llamadas. –Son las 6:13. 

–Deberías dormir algo.

–Si... 

Tom no quería juzgar a la joven, pues su situación era compleja y si él estuviera en sus zapatos, quizá estaría peor, pero sabía que nada bueno venía después de consumir. Probablemente ahora se estaba sintiendo como la mismísima mierda o peor, y eso no era bueno, pero no había mucho que hacer para contrarrestarlo. Rosalie caminaba en silencio, estaban lejos de Baker, pero el metro se encontraba a unas calles y a estas horas aún no se llenaba del todo. Sabía que tenía que volver a Baker, pero en lo único en lo que podía pensar ahora era en lo terrible de su vida, cuan cansada estaba y cuanto quería llorar. Sabía perfectamente que ella en si no pensaba eso y que era el bajón de la droga hablando, pero aún así no podía evitar ese estado. 

–Vete a casa. –Dijo ella, cuando llegaron al metro. –Yo iré a Baker. 

–Te acompaño. –Dijo él en silencio. –Así lo prefiero. 

El camino fue largo y tortuoso, por lo menos para la joven. Escuchar a la gente se le hacía insoportable y simplemente tenía ganas de gritarle a alguien, pero también le dolía la cabeza así que no lo haría. Tom se mantuvo en silencio en todo el trayecto, simplemente vigilando a la chica para que no pasara nada. En ese estado era vulnerable, más aún que drogada. La calle ya estaba llena cuando pisaron Baker, la gente caminaba y hablaba, los autos se movían de un lado a otro y los locales comenzaban a tener vida nuevamente, cosa que solo tenía a la joven peor. 

–Sherlock me va a matar... –Dijo ella, viendo la puerta del 221B. Tom no la escucho, pues iba unos pasos detrás. 

La despedida fue corta, no hubo palabras y un simple gesto bastó para que Tom se alejara. Rosalie tomó la llave y la metió en la puerta, el simple sonido de la cerradura fue suficiente para que Sherlock supiera que había vuelto. El detective se había quedado hasta, relativamente, tarde esperando por la joven, la cual nunca volvió. La preocupación existía, pero por otra parte tenía motivos para querer escapar un poco de todo eso, así que no se volvió loco por su repentina desaparición. 

–Volví. –Dijo ella, entrando al lugar. 

Sherlock no planeaba decirle nada, hasta que la vio. Él conocía perfectamente como alguien que había pasado la noche drogado se veía, y ella, ella se veía exactamente como eso. ¿Ira? ¿molestia? ¿decepción? no, no era eso, más bien se sentía preocupado. No podía enojarse, pues sería hipócrita de su parte, y decepción no era lo correcto, porque en el fondo ella tenía una excusa para hacerlo, pero le preocupaba. El problema con Sherlock es que a pesar de ser un gran actor y poder entender que emoción va con que situación, no suele tener los adecuados cuando se trata de su vida. Entonces, ¿cómo demostrar preocupación? una parte de él quería mostrarse comprensivo, pero la verdad es que era un poco sorpresivo a la vez todo y lo único que logró salir de él fue una molesta exclamación y bastante reproche. 

Criminal (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora