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–¡Es un desastre! –Dijo la chica, dejando caer lo que quedaba de un libro. –Oh... me gustaba este. –Recogió un adorno, del cual ahora solo quedaba un pedazo entendible, lo demás era plástico derretido. 

–Supongo que hay mucho por hacer. –Dijo John, recogiendo algunas cosas. Sherlock y él estaba buscando que salvar. 

Habían regresado a Londres y Mycroft estaba buscando a su hermana. Ellos de momento debían descansar, pero era algo difícil cuando tu hogar estaba destrozado. Rosalie no había tenido el gusto de ver Baker hasta entonces y estaba realmente molesta por lo que había pasado, iba a tomarles tiempo el arreglar tal desastre, pero por lo menos no había sufrido daños estructurales. 

–Supongo que pudo ser peor. –Dijo ella, sentándose en el sofá que habría sobrevivido, pero estaba bastante más negro de lo usual. –Pudo haberles caído un muro encima. –Comentó, recordando lo que le había pasado a ella en el departamento de Tom. 

–Imagino que eso no debe ser agradable. –Dijo John, sonriéndole a la joven. –Debo ir por Lizzie. –Mencionó a su pequeña. –Mary tiene turno y la niñera no estaba disponible. –Volveré luego. 

La chica se sentó, observando como Sherlock seguía recogiendo cosas, la sra. Hudson apareció y les ofreció algo de comer, pero la joven no quería molestar a la amable mujer, así que se negó. El detective estaba concentrado en ordenar todo, pero la chica sabía que no era el orden lo que realmente le importaba, estaba intentando pensar en un lugar donde encontrar a su hermana. Tom había sido de gran ayuda, gracias a él estaban ahí, pero Sherlock no parecía querer admitirlo, así que había ignorado al hombre por completo. 

–Deberíamos decirle a Mycroft que mantenga a Moran en vigilancia también. –Dijo la joven. –No parecía que tuvieran contacto, Eurus planeo todo con Moriarty, pero de todas maneras no podemos descartarlo. 

–Le avisaré. –El detective tecleó rápidamente en su teléfono y luego lo guardó. –¿Revisaste tu cuarto? 

–Lo vi, no tiene muchos daños. Mi cama sigue ahí, pero huele a carbón. –Se encogió de hombros. –Dejé la puerta abierta. –Suspiró. –Pero he dormido en lugares peores. 

–Compré sábanas nuevas. –Dijo él, sentándose frente a la chica. –Puedes usarlas tú, las mías no están quemadas. 

–Pero huelen a carbón. –Terminó ella, riendo. –Gracias. 

La limpieza fue bastante productiva, pero aún estaba el pequeño problema de que todo olía a quemado y los cristales de las ventanas ahora eran reemplazados por un plástico que los cubría del exterior. Bastantes de las cosas que estaban ahí habían terminado en la basura, pero todo lo material se podía reemplazar. La Sra. Hudson estaba bien y los presentes no habían salido realmente heridos, así que era un alivio. A eso de las siete de la tarde, un mensaje cayó en el teléfono del detective, dejándolo más preocupado que antes. 

–Moran no está. –Dijo él. –No pueden ubicarlo. 

–Supongo que no se fue de vacaciones. –Dijo ella, levantándose del sofá. –Bien... 

Rosalie tomó su teléfono, estaba pensando a quien podía hablarle. Sabía que Tom era su comodín, él iba a ayudarla en lo que fuera, pero desde la última vez no sabía si podía o no confiar del todo en él. No necesitaba a alguien que actuara a sus espaldas; lo llamó para ayudarla en Sherrinford, pero porque era algo que nadie más de los que conocía podía hacer, el caso ahora era diferente, solo necesitaba un poco de información. Sonrió, pensando en un nombre que definitivamente podía ayudarle. Tecleó con rapidez y se levantó. 

–Vístete. –Dijo ella, viendo la ropa del detective. –Saldremos. –Levantó una ceja y sonrió. 

–Estoy vestido. 

Criminal (Sherlock BBC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora