Sweet Sacrifice

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Arcángel!Gabriel y Human!Sam

Canción: Sweet Sacrifice de Evanescence

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La habitación era blanca, ningún otro color reinaba allí más que el impecable blanco que iba de una pared a otra abarcándolo todo, haciendo que se sintiera una nada bien iluminada, como si no se tratara de una prisión, como si no intentara aislarlo del mundo.

En un rincón de esa pequeña habitación en donde nada colgaba de las paredes y una cama de sábanas blancas se encontraba abandonada había un cuerpo ovillado que abrazaba sus rodillas mientras se mecía acompasadamente de adelante hacia atrás mientras se pellizcaba los brazos; las vendas blancas envolvían ambas muñecas del hombre, el cabello le cubría el rostro evitando que fuera imposible mirarlo directamente a la cara.

It's true, we're all a little, insane
But it's so clear now that I'm, unchained.

Él se encontraba limpio y pulcro vestido de blanco, su ropa parecía nueva recién sacada de paquete, sus zapatos no tenían ninguna mancha pero había algo en ese hombre que te hacía mantener la distancia, había algo que los hacía tratarlo con pinzas en aquel centro psiquiátrico. Y era la mirada desquiciada que tenía en unos ojos que en antaño parecieron adorables, era la manera en que hablaba en latín o en otra lengua extraña cuando creía que estaba solo, eran los dibujos extraños que hizo con su sangre en la pared de su habitación el día que intentó suicidarse.

Rufus abrió la puerta de aquella habitación y miró a su paciente mecerse en el rincón mientras entonaba una cancioncilla y ladeaba el rostro hacia una invisible caricia, como si alguien estuviera peinándole el cabello, lo tenía demasiado largo pero habían respetado su decisión de no cortarlo. Miró la bandeja intacta de comida sobre la cama y en cómo las sábanas parecían no haber sido usadas en mucho tiempo. Suspiró mientras sacaba su cuaderno y se encaminó hasta el colchón, esperaba poder sacarle algo en esta ocasión.

—Hola Sam, ¿cómo estás hoy?—saludó amable mientras cruzaba las piernas y apoyaba la libreta en ellas para poder escribir la fecha—Vi que no has comido, ¿hay algo que no te guste?—Sam no contestó sino que volteó a mirarlo con la cabeza ladeada.

— ¿Y Bobby?—fue la respuesta del paciente.

—Ha tenido una cosa que atender y me pidió que volviera a supervisarte así que... veamos, ¿cómo va todo? Escuché que intentaste cortarte de nuevo. ¿Gabriel te lo pidió?

—Gabriel nunca me pediría lastimarme—gruñó mientras comenzaba a morderse las uñas—Pero yo quiero ir con él.

Rufus enarcó las cejas mientras anotaba aquello. Él sabía que, a veces, las alucinaciones de sus pacientes eran tan poderosas que ellos las creían tan reales y estaban dispuestos a darles todo.

Fear is only in our minds
taking over all the time
Fear is only in our minds
but it's taking over all the time.

El caso de Samuel Winchester, paciente 245 ingresado hace cuatro años por psicosis era un caso más que especial, era un caso realmente difícil. Sam estaba envuelto en su propia locura a tal grado que ya era incapaz de diferenciar lo real de lo irreal, había sido agresivo y por eso lo mandaron a la zona aislada prohibiéndole las salidas al jardín y las participaciones en las actividades de grupo, lo mantenían drogado la mitad del tiempo para que no se lastimara y lastimara a otros, habían frustrado tres intentos de suicidio en sus instalaciones y también un homicidio a una de las enfermeras que, asegura Sam, iba a lastimarlo.

La ilusión de Sam no era otra más que el arcángel Gabriel, que le decía que lo extrañaba y que quería que volviera pero no podía hacerlo estando vivo.

Te Seguiré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora