Te Seguiré.

Shallow.

Destiel semi au. Gaga me pone los vellos de punta con esta canción alv. Su oscar bien merecido.

Canción: Shallow de Lady Gaga y Bradley Cooper. Canción perteneciente a la película "Nace Una Estrella."

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A las afueras del ajetreo urbano se encontraba un Chevy Impala del 67 color negro estacionado cerca de un sendero que se perdía entre los árboles, era un auto que resaltaría para cualquiera que lo viera pero algo en él te impedía acercarte; posiblemente eran las dos placas del FBI que se mostraban en el parabrisas como si las hubiesen dejado olvidadas o tal vez era que el auto emanaba una sensación de peligro, de no acercarse a no ser que quieras ser lastimado. Lo que fuere, hacía que nadie se detuviera a pesar de que el auto resaltaba en ese día especialmente soleado.

En lo profundo del bosque, rodeado de árboles y algunas plantas, se encontraba un prado de pastizales realmente largos, un niño de un metro podría esconderse a la perfección. El sol daba de lleno en ese pequeño lugar haciendo que el pasto pareciera ligeramente amarillo, pequeñas florecillas moradas y blancas se asomaban entre las hojas que danzaban al son de un viento escaso escondidas entre tanto verdor; las aves cantaban en tan alegre día mientras que las nubes se mantenían esponjosas moviéndose al lento ritmo en que giraba la tierra sobre sí misma.

Aquel era un día estupendo, con cielos claros y el sol brillando. Un día alegre, se podría decir, y aquel cazador lo estaba disfrutando en compañía del singular ángel del señor.

Castiel se encontraba sentado con las piernas cruzadas maravillado con la altura del pastizal, preguntándose cómo es que podía ser tan largo y suave al mismo tiempo, cómo se podía mantener tan verde cuando era claro que sobrevivía por su cuenta. Pasaba sus dedos por él sintiendo las hojas acariciar su piel con una suave caricia antes de que su puño se cerrara en torno a ellas para después soltarlas y mirar, con diversión, cómo volvían a su lugar. Castiel estaba seguro de que si se ovillaba o se acostaba sería invisible y nadie que pasara por allí lo encontraría.

Dean parecía pensar lo mismo porque se encontraba recostado unos metros lejos de Castiel con los brazos detrás de la nuca disfrutando del sol en su piel. El ángel habría pensado que se había desaparecido si no lo escuchara tararear en voz baja el ritmo de una canción desconocida. Castiel descruzó las piernas para poder abrazar sus rodillas y recargó la mejilla en ellas mirando en dirección a donde el pastizal estaba aplastado en clara señal de que alguien se encontraba allí; podía sentir el calor de Dean como ondas expansivas, las vibraciones que daba su voz en el aire cuando cantaba las palabras, incluso podía oírlo suspirar haciendo que Castiel acompasara su respiración con la de él aunque no le fuera necesario.

Dime algo, chica,
¿eres feliz en este mundo moderno?
¿O necesitas más?
¿Hay algo más que estés buscando?

La tranquilidad en la que estaban sumergidos se vio interrumpida cuando Dean respiró de manera un poco más ruidosa y dejó de cantar haciendo que Castiel saliera de su ensoñación. Los pájaros seguían cantando, el sol alumbrándolos y la brisa acariciándoles la piel pero ya no se sentía como parte de un sueño.

—Dime algo, Cass—habló Dean desde su lugar en el pasto haciendo que Castiel hiciera un sonido de afirmación— ¿Qué tanto te gusta estar en la tierra?—Cass frunció el ceño.

—No tiene que gustarme, Dean—susurró con aquella voz tan profunda y ronca que hasta el ángel sintió cuando Dean se estremeció—Sólo tengo que amarla—aquello hizo que el cazador se removiera en su lugar.

—Eso es lo que no entiendo—confesó Dean—Somos un asco, la tierra está rota y maltrecha desde hace siglos, Cass. Los humanos somos el cáncer de ella y el cáncer de nosotros siendo...siendo todo lo que Dios no quería y tú...tú simplemente la amas, ¿no deberíamos ofrecer algo más? No sé, cambiar en algo para compensar el amor que nos brindas—Cass sonrió con ternura ante las quejas de Dean—Mantenernos al nivel de lo que esperas...