Rude.

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Una disculpa si no está bien editado c:

Canción: Rude de MAGIC!

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Sam miró a su hermano divertido mientras se acomodaba el traje que habían conseguido en una tienda de segunda, ni siquiera se preguntaba por qué le seguía el juego en aquello pero la sonrisa de Dean era tan bobalicona que Sam tan sólo quería material para burlarse de él después de todo.

Sábado en la mañana,
salto de la cama y me puse mi mejor traje.
Entro al coche y conduzco como un jet,
todo el camino hacia ti.

Dean terminó de vestirse mirándose a detalle, dando el visto bueno antes de intentar peinar su desordenado cabello hacia un lado, intentando dar la mejor impresión de todas en aquel día donde se proponía a hacer la locura más grande de su vida, ¿tenía miedo? Pff, él era Dean Winchester, no conocía el miedo, ¿estaba nervioso? En realidad sí, sus piernas temblaban un poco ante la amenaza de no tener lo que quería pero, si era honesto, estaba decidido a conseguir lo que deseaba al precio que fuera. Aún si con eso no tenía la aprobación.

—Supongo que es una ganancia el que te hubieras bañado—se burló su hermano mientras se arremangaba la camisa que utilizaba.

—Sammy, eres un idiota—se quejó Dean antes de darse la vuelta y mirarlo—Bien, creo que estoy listo, ¿cómo me ves?

—Como un idiota a punto de hacer una idiotez—señaló Sam sonriendo mientras pasaba una mano por su cabello.

— ¿Y se supone que tendría que verse diferente?—se burlaron junto a Sam haciendo que Dean gruñera—Recuérdame, ¿por qué tenemos que ir nosotros?

—Porque en cuanto tenga la aprobación iremos a hacerlo en grande—señaló Dean saliendo de su habitación sin más—Así que los necesito a todos ustedes en sus mejores galas.

Dean no era el hombre del año, a sus 24 años no tenía una carrera universitaria, trabajaba en un taller de autos y tenía una banda con sus mejores amigos y su hermano...y el novio de su hermano. Los cinco vivían en una pequeña casa compartida donde le garaje se había vuelto su lugar de ensayos, compartían los gastos y eran considerados un fracaso en la sociedad. Bueno, Sammy no, él si estudiaba la universidad pero disfrutaba de tocar con su hermano en algunos bares o pequeños eventos.

No les iba bien, la mayor parte del tiempo sobrevivían a base de sopa instantánea y comida enlatada, pero tampoco les iba tan mal. Tenían un techo sobre sus cabezas, ropa que les cubría y una cama donde dormir. ¿Podría haberles ido mejor? Quizá, nunca lo sabrían porque los cinco eran realmente felices tal y cómo vivían porque no tenían que ser algo que no deseaban. El problema en toda esa cuestión era que Dean se había enamorado de, a palabras de sus mejores amigos, quien no debía y aquel día donde se sentía su felicidad en el aire era el grandioso día en que Dean se iba a presentar ante el padre del amor de su vida pidiéndole su mano en matrimonio.

Toqué a tu puerta
con el corazón en la mano
para hacerte una pregunta.
Porque sé que eres un hombre de la vieja escuela.

—Nos va a disparar con una escopeta—se quejó Benny mientras se acomodaba la camisa de vestir roja y Crowley se ajustaba el saco—O va a soltar a los perros.

—Ya está lo suficientemente nervioso por su cuenta, Benny, no lo empeores—lo regañó Crowley dirigiéndose escaleras abajo— ¿Dónde se supone que está Gabriel?

— ¿Ya terminaron de ponerse las medias, señoritas?—gritaron desde el piso de abajo haciendo reír a Sam—Hay a quien se le secan las flores.

Te Seguiré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora