Pepsi Cola.

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Tenía miedo de subirlo pero...pero bueno. ADVERTENCIA: Es Deanfem, nopor hétero, la versión Destiel de Be My Daddy. Si no creen que les vaya a gustar mejor ignorenlo y se ahorran el mal rato c: los quierooo

Canción: Pepsi Cola de Lana de Rey.

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Deanna era una chica con carácter, demasiado tosca incluso para muchos de sus compañeros que ninguno se creía capaz de soportarla más allá de una noche pero eso a ella no le quitaba el sueño, lo sentía hasta favorable el hecho de que sólo tuvieran contacto con ella una que otra noche para luego olvidarla. Algunas de sus compañeras le llamaban puta, ella lo prefería más como libre de compromiso.

Ser una chica guapa también le beneficiaba en ciertas cosas como que atraía la atención de cualquiera que ella deseara y le ponían todo en bandeja de plata ¿lo usaba a su favor? No siempre, solía ser aburrido conseguir todo demasiado fácil, pero a veces era entretenido confundir a los hombres, hacerlos creer algo para luego resultar otra cosa antes de irse sin intenciones de volver porque Deanna nunca volvía sin importar qué tan buena estuviera la noche. Si algo se sabía de ella era que odiaba repetir, penes había muchos ¿por qué conformarse con uno?

Mi vagina sabe a Pepsi cola,
mis ojos son tan redondos como pasteles de cereza.
Tengo un gusto por los hombres mayores,
siempre ha sido así, no es sorpresa.

Pero había cierto pene que no le molestaría tener para siempre y era, precisamente, el único que no podía tener sobre toda la población masculina estudiantil. ¿Justo? No, ella no lo creía pero era Deanna Winchester, no había impedimento para que consiguiera lo que deseaba; construyó su vehículo con sus propias manos; trabajaba para pagarse sus estudios. Si ella quería al profesor de Lengua casado y con una hermosa hija...bueno, igual sólo era un rato, no es como si fuera a casarse con él ¿cierto?

Quizá eso la hacía mala persona, quizá no. No lo sabía porque lo único que pensaba en ese miserable momento, cuando suponía que atendía todo sobre cómo la lengua había evolucionado, era en que los pantalones de vestir del profesor Novak eran realmente ajustados y que era genial que se quitara la gabardina de vez en cuando. Mordisqueó la tapadera de su bolígrafo mientras miraba a través de las pestañas al pelinegro, preguntándose cómo podría atraer su atención.

El profesor Novak era el profesor más atractivo de todo el campus seguido por el profesor Wasson, que impartía clases de Derecho Penal; claro que a Deanna le había atraído la atención el profesor Wasson pero su amigo Gabriel, que apenas iba en primer semestre, le dijo ciertas cosas que le hicieron tacharlo de la lista y era por eso que ahora Winchester se concentraba en el premio mayor, en el más inalcanzable de todos pero que lucía como una apetecible rebanada de pie después de ayunar por días.

—Entonces, los sonidos guturales comenzaron a ser algo más que eso; el hombre caminaba recto por lo que su cuerpo comenzó a modificarse biológicamente haciendo que...

—Yo quisiera escuchar sus gruñidos guturales—habló una compañera junto a Dean haciéndola asentir.

—Me gustaría enseñarle mis sonidos guturales—respondió Deanna haciendo reír a su compañera atrayendo la atención del profesor.

— ¿Algo que desee compartir con el resto, señorita Winchester?

Deanna lo miró sonriendo, sintiendo que sus bragas se humedecían de a poco ante la mirada penetrante del profesor con aquel azul tan intenso coloreando sus pupilas y el ceño fruncido que la ponía sin importar la hora del día; le hacía recordar su adolescencia donde no podía evitar estarse acariciando el clítoris cada noche, donde sus ligues fueron aumentando hasta haberse acostado con casi todos los chicos mayores de su preparatoria en menos de un año.

Te Seguiré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora