Señorita.

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I love it when you call me Señorita!! 💚 No me apegué demasiado a la canción ni al video pero lo intenté. Y sí, son dos hombres pero no wa a cambiarle el "señorita" así que si esto no les gusta pues...sorry ._. 

Continuación de Cherry Pie.

Canción: Señorita de Shawn Mendes, Camila Cabello.

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Castiel se encontraba en los camerinos después de su baile, sabía que había recibido mucha propina, como siempre, pero nadie lo había admirado como el hombre que estuvo frente a él todo ese baile, como si pudiera acariciar a Castiel con los ojos; el pelinegro siempre recibía miradas lujuriosas, lascivias y de cualquier otro pensamiento impropio, se sabía deseado pero nunca admirado, todos creían que las personas que hacían lo que él no merecían ser admiradas a pesar de tener que soportar cosas realmente desagradables.

Me encanta cuando me llamas señorita,
desearía poder fingir que no te necesito.
Pero cada caricia es: "oh, la, la, la."
Es verdadera la, la, la.

Se miró en el espejo suspirando con cansancio al ver la purpurina en su cabello y el delineador un poco corrido. Alcanzó una de las toallitas que tenía ahí y comenzó a arreglarse un poco, preguntándose si alguien pagaría por él después de aquel baile aunque por lo general no lo hacían, era demasiado costoso pasar un rato con él como para darse ese lujo. Se pasó la mano por el cabello, desordenándolo un poco sintiendo que estaba ante el reflejo de un extraño.

Oh, me haces seguir viniendo por ti.

—Te fue mejor que otras noches—habló uno de sus compañeros atrayendo su atención—No se te ve contento por eso.

—Es sólo que tengo mucho en la cabeza—aclaró Castiel sonriéndole ladinamente a Samandriel—Y espero que no me llamen.

—Pues a mí me pagaran otros cien dólares—aclaró Samandriel mientras se acomodaba el cabello—Mi madre sigue enferma así que no puedo darme el lujo de negarlos.

—Castiel—llamarón en la entrada haciendo que el pelinegro se sobresaltara y mirara a su jefa—Han pagado por ti, vete encaminando a tu habitación—Castiel suspiró con desagrado.

—Iré en un segundo—aclaró sin más.

Se miró un instante más en el espejo sintiéndose realmente cansado antes de sonreír falsamente y levantarse de su lugar, dirigiéndose a su cuarto especial mientras se imaginaba estando con aquel hombre de piel dorada y ojos verdes, así sería más fácil cumplir con su trabajo.

...

Castiel salió un poco más tarde de lo inusual y todo porque había usado las duchas especiales para ellos, deseando deshacerse de esa sensación que le dejaba haber servido a hombres realmente horribles. Salía del club envuelto en una gabardina beige mientras el cabello le caía sobre la frente en húmedos mechones desordenados, se mordisqueaba el labio mientras se aseguraba de traer todo lo que necesitaba en su mochila, no queriendo dejarse las llaves como la otra vez y tener que ir a casa de su hermano a pasar la noche.

Caminaba con los hombros encorvados, suspirando al recibir el frío de la noche, antes de dirigirse hacia la izquierda pero una silueta salida de la nada le cerró el paso haciendo que el corazón de Castiel diera un vuelco y ya viera perdido lo que había ganado aquella noche. Pero antes de que pudiera implorar por su vida la luz de la farola iluminó el rostro de aquel hombre haciendo brillar sus ojos como esmeraldas, demostrando que sonreía ladinamente mientras contemplaba a Castiel con alegría.

Aterricé en Miami,
el aire era caliente por el verano.
Y el sudor goteaba de mí,
antes de que siquiera supiera su nombre.

—Honestamente, comenzaba a creer que me habías tomado el pelo—habló aquel hombre haciendo que el corazón de Castiel acelerara la marcha.

Te Seguiré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora