Taking Over Me.

417 29 26
                                        

Godstiel! HumanDean. Leve mpreg, no sé qué chingados escribí pero de nuevo, la canción no decía mucho :c maldita sea, estas canciones deberían durar más. Este es Sad y no es del todo romántico, namás digo.

Canción: Taking Over Me de Evanescence.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Contemplaba el techo húmedo de aquella espantosa habitación mientras escuchaba el tic tac de las horas pasar y la débil respiración de su hermano recordando el momento exacto en el que contempló el rostro que amaba y éste no lo reconoció ¿o tal vez sí? Dean no lo sabía, sólo era consciente de la horrible sensación en su pecho ante aquella mirada de suficiencia antes de desaparecer de su vida sin mirar atrás, dejando a Dean sintiéndose tan solo y tan desesperado que estuvo a nada de volverse loco, o quizá ya lo había hecho.

Trataba con todas sus ganas no pensar en él en lo absoluto, dejarlo marchar mientras se consumía en la miseria que le rodeaba desde aquel día, a veces se encontraba a sí mismo maldiciendo el día en que lo conoció pero Dean poco podía hacer cuando cerraba los ojos y su subconsciente le otorgaba aquello que había perdido haciéndolo sentir real.

Tú no me recuerdas
pero yo te recuerdo.
Me acuesto despierto y trato
de no pensar en ti.

Era esa la sencilla razón por la que en esa noche no dejaba de mirar el techo esperando encontrar algo que no fuera un par de ojos azules y una sonrisa de autosuficiencia que pudiera destrozarle el corazón; se concentraba en cada mancha de humedad mientras Sam dormía en la cama de al lado y el tiempo parecía sangrar en cada tic tac que rompía el silencio de la habitación, Dean no hacía nada por intentar dormirse, no quería cerrar los ojos y volver a ver su rostro entre las brumas de su recuerdo haciéndolo sentir miserable y poco digno.

Pero nadie elige qué soñar así que poco a poco los ojos de Dean fueron cerrándose, cansados de permanecer despiertos todo el tiempo, y el cazador se adormiló comenzado a tener una respiración más profunda, viendo borroso el techo que se alzaba sobre su cabeza hasta quedar completamente dormido y verse rodeado de ese rostro que intentaba olvidar.

Los ojos azules como el océano fueron los que le dieron la bienvenida pero algo había cambiado en ellos, ya no estaba esa inocencia que le había cautivado con anterioridad. La sonrisa ya no parecía alegre sino traviesa, prometiendo problemas para aquel que se atreviera a llevarle la contraria. Miraba a Dean desde lo alto mientras éste intentaba alcanzarlo, abrazarse a él y no alejarse porque era mejor que estar solo. Tenerlo siempre había sido mejor que aquella soledad que parecía no desaparecer.

Pero ¿quién puede decidir qué soñar?
Te sueño a ti.

—Me extrañas, ¿no es así?—habló aquel Castiel mientras le miraba sonriendo.

—Te fuiste—acusó Dean cayendo de rodillas ante él—Me dejaste.

—Nada te impide venir a mí, Dean—declaró con voz pausada mientras se inclinaba y colocaba el rostro a la altura del humano—Dios está para todos pero más para quien lo busca, ¿no es así, cariño?—Castiel sonrió y colocó los labios sobre el oído de Dean erizando la piel de humano—Ven a mí y no volverás a extrañarme.

El corazón de Dean se saltó un latido cortándole el aliento, haciéndolo despertarse de golpe mientras se sentaba en la cama rodeado de la oscuridad en aquella habitación. Miró a su alrededor encontrándose desorientado durante unos segundos; aún sentía el aliento de Castiel cosquillearle en la piel, aún podía ver sus ojos mirándolo con burla y arrogancia mientras sus palabras le atraían como el canto de una sirena.

Dean estaba dispuesto a seguir esa estela a donde sea que le llevara porque la soledad que había dejado su partida estaba carcomiéndole por dentro, sentía que ya no tenía un lugar en el mundo ahora que Castiel no se encontraba a su lado; era injusto que se lo hubiera llevado todo sin darle oportunidad de nada más pero Dean estaba vuelto loco; no dormía, no comía, cada vez que cerraba los ojos lo veía a él pidiéndole que le encontrara sin importar el precio. Ni siquiera era eficiente en la cacería y sabía que Sam ya no lo soportaba. Poco a poco se consumía sin saber a dónde ir ni qué hacer.

Te Seguiré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora