Te Seguiré.

Beautiful

El rescate del infierno según yo.

Canción: Beautiful de Bazzi

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

El calor era insoportable, los gritos y lamentos terminaban por reventar los oídos. Pero el dolor, ese iba y venía a segundos con más intensidad que la anterior. Un momento podías sentir como si miles de cuchillas se incrustaran en tu piel y cortaban haciendo que tu sangre se derramara hasta llenar el piso, al siguiente sentías como las llamas de un fuego desconocido iba trepando desde la punta de tus pies consumiéndolo todo haciendo que perdieras la sensibilidad. Al final el dolor siempre anidaba en su pecho, al final se volvía tan insoportable que terminabas gritando, suplicando que te sacaran de allí, deseando volver y remediar todos tus errores.

Así era el infierno.

Dean se encontraba encadenado a este; había perdido la cuenta de cuántos días llevaba allí, si es que eran días pues cada momento se sentía como un año. Incluso estaba aprendiendo a hacerse inmune a todo ese dolor con el cual los demonios se regodeaban provocándoselo, tan inmune que ya no llamaba a gritos a su hermano, que ya no pedía ser salvado. Los demonios incluso estaban buscando nuevas maneras de torturarlo, de hacerlo suplicar, de romper lo que ya estaba destrozado, de lastimar lo que ya no tenía sentimientos. Dean cada día experimentaba nuevas formas de tortura descubriendo que aún podían hacerlo sangrar, aún había nervios que sentían el dolor. Descubría que su alma aún podía ser doblegada.

Las cadenas que tenían a Dean sujeto pesaban cada día más que el anterior, lastimaban incluso al punto en que sentía sus extremidades al rojo vivo. Cuando lograban darle un descanso él se dedicaba a tira de ellas como si intentara soltarse, siempre intentaba liberarse de aquella prisión aunque no sabía muy bien si podía salir o no. Había vendido su alma para recuperar a su hermano, para volver a tenerlo a su lado y ahora tenía que pagar el precio. Aunque Sam estaba vivo y a salvo en la tierra una eternidad allá abajo era algo que no había pensado, sabía que no iba a ser fácil pero tampoco imaginaba que iba a doler tanto.

Secretamente Dean ya había perdido la esperanza de ser salvado.

Los gritos empezaron a aumentar, el calor se incremento y Dean creyó ver luz en alguna parte de aquella oscura pocilga. Aquello atrajo su atención pero mientras más intentaba ver los gritos iban incrementando de manera insoportable haciendo que sus oídos comenzaran a sangrar y su cabeza amenazara con explotar en cualquier momento. Los gritos sonaban al mismo irritante ruido que haces al arañar una pizarra con las uñas, esos ruidos que te ponen los pelos de punta y alteran tus nervios pero con una frecuencia mucho más alta.

Dean sentía que sus tímpanos estaban a punto de reventar. No le sorprendía pues había sido mutilado de mil maneras distintas desde que llegó pero aquellos ruidos eran...eran algo insoportable. Eran irritantes

Una cálida luz se acercó a él; este calor era diferente porque no lastimaba, al menos no en su dirección, daba la sensación de estar al abrigo de una manta mientras quemaba todo alrededor.

Dean miró la luz que revoloteaba cerca de él intentando descubrir un rostro pero no había nada, era como si no tuviera forma. La luz se alzó imponente frente a él exhibiéndose en su verdadera altura, siendo tan grande y Dean sintiéndose tan pequeño. Lanzó un destello de luz destruyendo a todos los demonios que querían acercarse a Dean.

Hey
Beautiful, beautiful, beautiful, beautiful angel
Love your imperfections every angle
Tomorrow comes and goes before you know
So I just had to let you know

El hombre condenado parpadeó cegado por la brillante luz, era tan encandilante que sus ojos no soportaban verla. Parecía que estaba frente a un sol, un tipo de sol personal. Algo que Dean si pudo notar con los ojos entrecerrados era la perfección y hermosura de aquel ser, la forma en que se movía, en cómo parecía ondear en el aire mientras intentaba reducir su tamaño y acercarse a él.