Rockabye.

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Sam y Dean AU, NO WINCEST

Hace poco fue el día de las madres y quería escribir algo al respecto pero weno, yo no soy mamá. Y...bueno...en realidad este significa mucho para mí, creo que dice más de su escritora que ningún otro porque lloré escribiéndolo, ya sé, sí tengo sentimientos por si les sorprende. Así que pueden seguir leyendo.

Canción: Rockabye de Clean Bandit ft Anne Marie y Sean Paul.

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La alarma de Dean Winchester sonó atronadoramente por su pequeña habitación sacándolo del placentero sueño que tenía. Gruñó con frustración cubriéndose la cabeza con su cobija mientras la melodía de la alarma seguía sonando y, con pesar, se levantó colocándose sus pantuflas y yendo a donde tenía conectado el celular mirando la hora. Apenas si había podido descansar un par de horas pero bueno, tenía que empezar el día.

Apagó la alarma y se restregó el rostro con las manos mientras abría su puerta y se dirigía por el pasillo a la de en frente arrastrando sus pantuflas. Sabía que hace no mucho sus padres se habían ido, su madre a llevar a su abuela a su cita con el médico y su padre a trabajar pues tenía el turno de la mañana, ¿eso que ocasionaba? Que Dean tuviera que madrugar para poder hacer lo que se tenía que hacer en la casa a esa hora; sabía que tenía que ayudar a sus padres pero estaba cansándose, rompiéndose por eso. Dean ahora estudiaba la universidad, ya no era tan sencillo como cuando estaba en secundaria y acataba todas las órdenes sin sentir problema, incluso en la preparatoria había tenido un poco de dificultades pero lo había logrado.

Desde los doce años que Dean se hacía cargo de su casa; cuando todos sus amigos hablaban de novias él tenía que recordar la compra que debía hacer en el mercado para la comida; cuando todos hablaban de su primera vez él estaba más concentrado en forrar cuadernos y en llegar rápido a casa para terminar la comida; cuando todos hablaban de fiestas él tenía que terminar los proyectos atrasados y asegurarse de que los recibos fueran pagados. Uno pensaría que con sus padres en un prospero matrimonio sería fácil pero no fue así, no cuando tuvieron los problemas económicos hace unos años, no cuando casi perdieron todo. Dean dejó de ser un niño para servir como adulto en su casa pero eso no le molestó...no al menos hasta ahora.

Llámalo amor y devoción,
llámalo adoración de madre,
fundación, un vínculo especial de la creación.

Abrió la puerta frente a la suya y suspiró al ver la maraña de cabello castaño sobre una almohada y a un niño de catorce años dormido profundamente, Dean sonrió al ver como los pies le sobresalían de la manta sabiendo que pronto la ropa actual dejaría de quedarle. Dean encendió la luz haciendo que el inquilino de aquella habitación gruñera y se cubriera el rostro con la manta.

—Ya levántate, Sammy, tienes que arreglarte—habló mientras se adentraba y le quitaba la cobija lanzándola al suelo—Anda, te haré el desayuno mientras te arreglas.

Sam, el niño del que Dean se hacía cargo desde los doce, gruñó una respuesta mientras se levantaba. Dean ahogó una risa al ver el nido de pájaros que era su cabello y salió de su habitación bajando por las escaleras en dirección a la cocina, deseando que hubiera algo de comer para poder darle a su hermanito.

Para todas las madres solteras allá afuera
que están pasando por la frustración.

Dean abrió la puerta del refrigerador y suspiró al ver lo que era sólo un trago de leche y nada más. Si había dinero probablemente tendría que hacer la compra sino tendría que sobrevivir así el día. Se preguntó lejanamente cuánto tardaría su madre en llegar del doctor pero tampoco le dio muchas vueltas, pareciera que la casa le picaba a ella y cuando su padre llegaba sólo dormía o hacía algo de comer, lavaba los trastos y se sentaba en el sofá a ver películas.

Te Seguiré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora