Te Seguiré.

Gods and Monsters.

Es AU con Cass ángel siendo mujer. El dibujo en multimedia yo lo hice cuando comencé la idea de este oneshot. No es la cosa más bonita del mundo pero es un trabajo honesto.

Canción: Gods and Monsters de Lana del Rey.

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Las calles parecían ser demasiado largas a esas horas de la noche, había algunas personas que iban y venían metidos en sus propios asuntos mientras el final de la jornada se avecinaba sobre sus espaldas. Las estrellas iluminaban el camino acompañadas de algunas farolas y semáforos, los callejones mantenían ocultos en oscuridad los secretos que se daban entre sus paredes, los susurros y los delitos cometidos no serían encontrados en aquel lugar.

En medio de la calle caminaba una mujer envuelta con ambos brazos; iba descalza, su vestido blanco era un desastre y su cabello, una maraña negra que se consideraba lo bastante larga como para hacerla parecer escalofriante, caía como dos cortinas a los costados de su rostro. Sus ojos brillaban débilmente mientras miraba a ambos lados a la gente ir y venir, interesada por aquellos humanos mientras éstos la miraban de vuelta, algunos como depredadores, otros con pesar.

Hacía frío pero ella no lo sentía, no demasiado, apenas una ligera incomodidad coreada por las piedrecillas que se encajaban en la planta de sus pies a cada paso que daba. Conforme más caminaba las construcciones parecían más abandonadas y las personas iban disminuyendo. No obstante pronto llegó a una zona donde varias mujeres se encontraban en las esquinas con ropas realmente diminutas haciendo que las mirara con el interés de una niña curiosa. Atrajo la atención, era obvio, poseía un rostro delicado y realmente hermoso que en otras circunstancias habría hecho que otros se posaran de rodillas.

Era bonita pero ¿por qué la miraban tan fijamente? Quizá eran las alas en su espalda, esas hermosas alas negras con destellos azules que iban de sus omoplatos extendiéndose cuan largas eran; quizá eran lo irreales que lucían sus ojos o lo perdida que parecía en aquel mundo, más acostumbrada a ser una espectadora que a sentirlo bajo los pies. La pobre chica, tan hermosa como un ser etéreo, acaricio sus brazos desnudos comenzando a ser consciente del frío que le rodeaba y esos sentimientos extraños como lo era el dolor, el hambre, la soledad.

Las mujeres en las esquinas la miraban con pesar, casi deseando alertarla de que más le valía regresar por donde había venido pero ese era el problema, ¿no es así? Ella no podía volver a casa.

—Mira qué tenemos aquí—el ligero olor a azufre la puso en alerta cuando un demonio se colocó frente a ella mirándola fijamente—Estás muy lejos de casa, ¿no, angelito?—ella no respondió, estaba indefensa ante el demonio frente a ella—Y algo me dice que no puedes volver.

La pelinegra le miró unos segundos luciendo terriblemente asustada sin nada con qué defenderse haciendo que aquel demonio chasqueara la lengua, tomándola del rostro y mirándolo desde varios ángulos en un intento de convencerse. No era la primera vez que un ángel terminaba andando por ahí hasta llegar a él, les encontraba muy buen negocio una vez que aceptaban que no volverían a casa y que ahora estarían envueltos por los apetitos de los humanos.

—De acuerdo, ahora estás conmigo—sentenció el demonio.

—No.

La primera palabra dicha por el ángel hizo que el demonio le mirara enarcando las cejas; si bien seguía luciendo asustada de todo su entorno parecía estar segura de sus palabras, como si prefiriera ser echada a los perros antes de aceptar la mano del demonio y Crowley no la culpaba, ella era un ángel después de todo, pero había sido echada de su casa por algo y ahora le tocaba seguir las reglas del mundo de los hombres.

—Conmigo estarás a salvo—declaró Crowley haciendo que la mujer le mirara con desconfianza—Puedes aceptar mi oferta o seguir vagando, con hambre y frío, mientras te cazan y ponen precio a tus alas—ella apretó los labios y miró a Crowley asintiendo—De acuerdo, ¿cuál es tu nombre?