Te Seguiré.

Give Me Love

Human!Destiel.

Canción: Give Me Love de Ed Sheeran.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Aquella mohosa habitación helaba, era como si el frio no tuviera impedimento por paredes de ladrillo rojo y ventanas, cada rincón de aquella húmeda y sucia habitación helaba a cada segundo que transcurría. No era el cuarto más bonito de todos, de hecho era triste y sucio; había varias botellas regadas por el suelo, el colchón no tenía base y se encontraba arrumbado en una esquina, la ropa se encontraba regada junto con las colillas de los cigarrillos que ya habían colaborado para un cáncer de pulmón, la pintura de las paredes se iba descarapelando mostrando ladrillos en algunas partes, manchas de humedad decoraban el techo haciendo formas realmente graciosas.

Hacía demasiado frio incluso bajo la cobija. Más ahora que uno de los cuerpos que yacía en la cama se estaba vistiendo.

—Entonces, ¿cuánto iba a ser?—preguntó el hombre que se ponía los zapatos.

—No tienes que pagarme—susurró el que seguía en la cama envuelto en la cobija—Fue...yo estaba fuera de servicio cuando nos encontramos.

—Vamos, sabes que me caga no pagarte—gruñó levantándose de aquel incómodo colchón—Sólo dime el maldito precio.

El chico, porque no había otra forma de describirlo sino que era un chico que apenas pasaba los veinte, miró al hombre de pie frente a él con temor; si era honesto él ya no quería que le pagara. Se había vuelto un buen cliente desde que lo subió a su auto en medio de la tormenta, una vez a la semana iba con él y estaba feliz con eso...o al menos lo fue durante el primer mes, empezaba a desear un poco más de tiempo, un poco más de aquel hombre. Quería algo que no podía tener, pero lo deseaba.

—Lo...lo de siempre—susurró avergonzado mirando la cobija.

—Nada te costaba, ángel—le sonrió mientras sacaba la cartera de tu pantalón—Ya no deberías de fumar, este lugar apesta. ¿No me dijiste que ahorrabas para uno mejor?

—Lo hacía pero surgió una emergencia—tomó el dinero que le ofrecía—Tenía que pagar mis clases.

—Cierto, tus clases. Tengo que irme, Lisa debe estar esperando—se inclinó y lo besó una última vez—Nos vemos pronto.

El chico que se quedó en aquella fría y mohosa habitación se abrazó a sí mismo mirando con asco el dinero en sus manos. Hacía demasiado tiempo que él había dejado de hacer aquello por dinero, al menos con él. Dean Winchester.

Castiel abrazó sus rodillas arrojando aquel asqueroso dinero lejos de él y comenzando a sentirse sucio cada vez que tenía que trabajar. Había deseado haber tenido otra oportunidad, haber buscado algo mejor pero ser echado de tu casa sin más era doloroso, y más cuando sólo contabas con diecisiete años. Castiel se las había visto negras desde entonces, intentando buscar lugares donde dormir, donde comer, trabajos cortos que le daban el sustento para aquel día. O así fue hasta que un hombre le ofreció doscientos dólares por hacerle un oral.

Give me love like her
'Cause lately I've been waking up alone
Paint splattered teardrops on my shirt
Told you I'd let them go
And that I'll fight my corner
Maybe tonight I'll call ya
After my blood turns into alcohol
No, I just wanna hold ya

Castiel se acarició los brazos recordando las manos que hasta hace unas horas lo habían sostenido, cerró los ojos y se imaginó que él era quien esperaba al hombre que se acababa de ir con la cena lista, que él era a quien llegaba cada noche después de un largo día. Deseó tener eso, deseo no tener que recibir dinero por algo que hacía gustoso, por algo que hacía con el alma. Al principio Dean fue una de sus buenas folladas, esas donde él se daba el permiso de disfrutar pero el hombre comenzó a buscarlo, a platicar con él, lo invitó a comer y a pasar el rato sin necesidad de sexo y al recibir ese amor que no le daban cayó completamente enamorado de él.