Capítulo cuarenta y tres.

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Draco. 

Daba vueltas y vueltas en la cama, no me podía dormir. Eran al rededor de las cuatro y algo de la madrugada.. decidí levantarme. Me senté en la punta de la cama, callado, mirando a la ventana donde se podía ver la luna llena brillante. 

— Noche de hombres lobos.. — Murmuré para mi mismo. A Dattia le gustaba mucho las noches de luna llena, y quedarse viendo las estrellas por las noches de verano era algo que le encantaba.. 

Salí del cuarto y empecé a andar por los, a esta hora oscuros pasillos del colegio.. Los personajes de los retratos dormían ¿Acaso era yo el único despierto?. Soy muy silencioso, así que no despertaré a ningún maestro, alumno o algunos de esos retratos vivientes. 

Finalmente llegué a la sala común de Gryffindor y la gorda me pidió la contraseña, y se la di. Dattia me la había dicho hace un montón, pero nunca fui sin su consentimiento.. Entré y todo estaba cálido, la única luz que se veía era la de las llamas de la chimenea. Todo perfectamente ordenado. Entré a la habitación y para mi buena suerte, Granger y Weasley estaban profundamente dormidas. Y ahí estaba ella.. estaba tapada hasta la mitad, girada hacia la ventana con ambos brazos a un lado de su rostro, dejando ver que vestía una simple remera de verano, y presionando sus pechos. No, Malfoy, no vine para eso. 

Tenía expresión de tristeza.. dormía inquieta. Me senté en el sofá que estaba frente a su cama y me la quedé observando, su respiración era tranquila.. con el pulso firme, acerqué mi mano hasta su mejilla y la acaricié.

— Te he echo tanto daño.. no entiendo porqué sigues a mi lado. Pero gracias, gracias por todo leoncita.. te amo. — Susurré y una leve sonrisa se le formó en los labios. Por un momento pensé que estaba despierta, sin embargo me di cuenta que no lo estaba porque seguía durmiendo sin que sus párpados a penar temblaran, esta vez con una expresión serena.. suspiró sin abrir sus hermosos ojos y siguió dormida. El sueño se empezó a apoderar de mi.. y ahí me quedé dormido en aquel sofá. 

Dattia.

El sonido de los pájaros me despertaron. Estiré mis brazos poco a poco mientras al compás abrí mis ojos y lo primero que pude ver era a Draco. Estaba en el sofá, bastante incómodo diría yo, dormía.. parecía tranquilo. No pude evitar sonreír. Ayer me había ido a dormir bastante inquieta, mal, pero luego esa sensación se había ido y creo que ya sé porqué. Ginny se empezó a despertar también y le hice una seña de silencio.

— ¿Ha dormido ahí toda la noche? — Preguntó en susurro y me encogí de hombros. — Vemos que el hurón tiene su lado tierno —

— Así es — Le sonreí. Ginny empezó a mover el hombro de Hermione para que viera como Draco dormía en aquel sofá. — ¿Qué hora es? —

— 7:05 am — Dijo Hermione. — Faltan dos horas más para el desayuno — Bufó.

— Sigamos durmiendo — Propuso Ginny, Herm asintió y ambas se volvieron a acostar. Me levanté de la cama, y me puse a un lado del sofá.

— Cariño.. — Murmuré mientras le acariciaba la mejilla. Draco empezó a moverse hasta que abrió los ojos y me miró fijamente. Luego sonrió y me tomó de la mano. — Aún faltan dos horas para el desayuno, ven a acostarse.. has estado muy incómodo aquí — 

— ¿No estás enojada? — Preguntó con la voz ronca intentado no hacer mucho ruido. Negué con la cabeza y lo guié hasta la cama. Ambos nos acostamos, Draco besó mi hombro y se durmió abrazo a mi.. supongo que habrá sido una noche muy dura para el. 

Horas más tarde..

— ¿Dónde está Dattia? No apareció en el desayuno ni en las primeras dos clases. — Harry tenía cara de preocupación y sorprendido a la vez

Sex with the Enemy [Draco Malfoy] 1era Temporada Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora