Capítulo cincuenta.

4K 204 7
                                    

Draco.  

Una mujer de no más de 19 años abrió la puerta principal.. lucía un vestido gris que terminaba unos centímetros antes de sus tobillos, estaba sucio y por partes algo roto y apretaba con fuerza el gran pendiente de su collar sin dar permiso de que lo viera. Ella era Merope Gaunt, lo sabía muy bien. Levanté un poco mi manga para dejarle ver mi tatuaje y al momento se hizo a un lado para dejarme pasar. Luego sin decir palabra alguna me guió por un largo pasillo.. todo oscuro y sucio hasta que al fin llegamos a lo que parecía un despacho y ahí estaba sentado su padre.

— Sorvolo Gaunt, Soy Draco Malfoy — Dije mientras me acercaba. El viejo levantó su mirada fría hacia mi. Tenía unas de las mangas de su camisa arremangada y deja a la vista y muy en claro que fue un mortífago, unos de las más fieles seguidores de Voldemort. 

La familia Gaunt  era de un estatus de Sangre Pura y eran nada más ni nada menos los descendientes de Cadmus Peverelle y Salazar Slytherin. Acostumbraban a casarse entre primos para mantener la sangre pura y mantener las habilidades de su antepasado, más concretamente la capacidad de hablar la lengua pársel.

— ¡Por las barbas de Merlín! — Exclamó mientras se paraba lo más rápido que podía. — El hijo preferido de Lucius, siempre ansié conocerte — Estiró su mano en forma de saludo y se la devolví, pero esta vez descolocado.

— ¿Hijo preferido? — Fruncí un poco el ceño. — Lamento corregirlo, pero soy hijo único Señor. — Dije y se echo a reír de tal manera que pensé que había dicho algún chiste. 

— Está bien, se ve que para ti tu hermana también está muerta. — Sonrío. — Asquerosa sangre mestiza, ella no se merecía semejante poder — Miró con despreció a la ventana como si recordara a mi "hermana" y luego dirigió la vista hacia mi. — ¿Cómo está tu padre, Draco? —

— Muerto. — Respondí con frialdad.

— ¿Lucius Malfoy.. muerto? — Dijo como si si fuese una sorpresa, como si fuese invencible.

— Es un tema que me gustaría evitar, si no le importa. —

— Est.. está bien joven Malfoy ¿A qué se debe su visita? — Se sentí nuevamente en su grande y vieja silla.

— He venido para saber sobre Morgana. — 

— ¿Morgana? — Preguntó bajando un poco la voz. — Yo no sé nada acerca de Morgana, Draco. Ah... — Suspiró. — Ya estoy bastante viejo para meterme en la guerra que se aproxima y tengo que cuidar de la tumba de mi difunto hijo Morfin — 

— Lo siento. — Dije tratando de fingir emoción alguna aunque no me salía. El solo hizo una mueca. 

— Si quieres saber sobre Morgana deberías hablar con Merope.. ella es la persona más fiel respecto a Morgana, muy a pesar de la traición a la sangre —

— ¿Merope? — Pregunté y luego recordé lo que dijo la comadreja Weasley respecto al collar y a Merope que presionaba dicho dije sin permitir que lo viera. Sin decir nada salí lo más rápido que pude de aquel despacho y me dirigí a la habitación de Merope pero ya no estaba ni allí, ni en toda la casa así que volví al despacho. — ¿Dónde está? — Pregunté molesto.

— No estás aquí para saber sobre Morgana.. estás aquí para destruirla. — Dijo aún sentando allí sin mover el más mínimo pelo.

— ¿De qué habla? —

— Mi hija no es estúpida Draco.. ella sabía desde un momento lo que buscabas, pero sabe perfectamente que la encontrarás — Se paró y en forma de disimulación sacó su varita con cuidado. — Pero no dejaré que te acerques a mi hija —

— ¡Expelliarmus! — Granger apareció de la nada junto a Zabini apuntando con sus varitas. 

— Tengan cuidado, está viejo pero es peligroso — Les dije antes de tomar mi varita en mano y salir fuera de allí. Ahí estaba Potter esperándome.

— ¿Lo encontraste? — Preguntó impaciente

— Lo tiene Merope, su hija. — Lo miré. — Hay que encontrarla. No pudo haber ido tan lejos. — Potter asintió. La mansión era grande y junto a ella la acompañaba un gran jardín, más grande que lo normal así que Merope iba a estar por allí. 

Con cuidado empezamos a avanzar y en distintas partes del jardín estaban La pelirroja y la comadreja Weasley, en la otra Luna y Neville y por último él y yo. 

Empezamos a sentir ruidos detrás de los arbustos y ahí estaba ella.. Se había lastimado la pierna con una rama de espinas pero tenía su varita en manos y colgando de su cuello el collar con el diamante rojo de perlas que tanto usaba Morgana. El primer horcrux.

— ¡Nunca lo tendrás! — Gritó mientras nos apuntaban y al momento llegaron los demás.

— Quédate quieta si no quieres que te mate. — Le dijo Ginny apuntándola con su varita.

— ¡Avada ke.. — La interrumpí.

— Immobilus — Pronuncié mientras apuntaba a mi varita a Merope sin darle más vueltas al asunto. Ron se acercó para tomar el collar.

— No te atrevas — Lo detuve antes de que pueda tocarlo. — Debe estar encantado — Le expliqué y el retrocedió tragando saliva. 

— ¿Qué haremos? — Preguntó Granger. La miré e hice un movimiento con mis manos y una pequeña bola de fuego salía de mi palma.

— ¿Fuego? — Preguntó Neville inquieto.

— No es un simple fuego tonto, es el fiendryfe.. tienes que ser muy poderoso para realizarlo — Respondió Luna con una sonrisa. Pedí a todos que se aparcaran bastante e incluso pedí que corrieran a Meropa de su lugar o esto la destruiría por completo. Cerré mis ojos y pensé en ella.. pensé en cada beso, cada caricia, cada noche en la que hicimos el amor y más. Mi deseo de tenerla conmigo aumentaba, mi deseo de que esté a salvo también y cada parte de mi ayudaba a que el fuego fuera más fuerte y con todas mis fuerzas y necesidades respecto a Dattia, lancé el fuego sobre el collar y como si fuera tan fácil.. quedó destruido. Ahora solo quedaban dos horcruxes. 

Sex with the Enemy [Draco Malfoy] 1era Temporada Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora