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Cinco de diciembre, mi cumpleaños número 22.

Mi hermano me despierta a los gritos y por primera vez en mucho tiempo me despierto feliz. Abrazo a él, a mi cuñada, a mis papás, a mis sobrinos y por último a mi hija, a la cual la apretó y le dejo besos por todos lados. Perdón gorda, pero te toco una mamá muy cargosa que te ama mucho.

Acá me estaría faltando una persona, pero bueno somos los que estamos.

Luego de sacarme el pijama y vestirme con algo más presentable bajo a la cocina y desayunamos todos juntos.

Pregunta existencial como entraron a mi casa, pero bueno allá ellos.

Luego de desayunar claramente no hago nada porque es mi día, suena el timbre y voy abrir.

Al ver a Paulo del otro lado, lo abrazo y él ríe. Luego lo miro y lo beso para luego sonreír.

–Mira quién vino —miro a Gian y señalo a su papá.

–¡Papi! —la nena sonríe y Paulo la alza.

–Justo estaba con ganas de jugar a un FIFA y cagarte a goles —Ezequiel lo saluda.

–¿Ahora te toca desaparecer a vos? —mi papá mira a Paulo riendo.

–Hasta el lunes —él asiente riendo.

Vuelve a sonar el timbre y voy abrir, mi mejor amiga está ahí con su pancita que comienza a notarse. La abraza y luego abrazo a Leo.

–¡Que hace mi reina! —Leo mira a Gian y ella sonríe.

–¿Van todos a la final? —pregunta Candela.

–Ellos si —señalo a todos—. Después Seba y todos esos también.

–Media hora o cuarenta minutos de avión, no es nada...

–¿Cuando nos vamos? —pregunta Ezequiel.

–Sabado a las siete y media, creo.

–Igual yo tengo que ir hacer algo antes, los encuentro ahí supongo —me siento en la mesa.

–¿A dónde te vas?

–Los Ángeles...

–Casi doce horas de viaje hija —habla mamá.

–Salgo a las ocho de la mañana, los veo ahí.

Seguimos hablando de cosas random hasta que tengo que llevar a Ezequiel a entrenar y vuelvo, en casa ya están Anto junto a sus hijos.

Me recuesto al lado de Paulo en el sillón mientras respondo los mensajes de WhatsApp y algunos de Instagram.

Algunos van a llegar más tarde, mamá se lleva a Gianna y los más chicos se van y como tengo que ordenar todo el quilombo que hicieron los nenes, me levanto y comienzo.

Al terminar, me voy a bañar y dejo que Paulo abra la puerta los que sean que vienen.

Cuando terminó de bañarme, mi mejor amiga me seca y plancha el pelo para luego comenzar a maquillarme. Miro la hora y todavía es temprano, así que me pongo ropa normal y bajo al primer piso.

–Que hermosa —Draxler me abraza y Paulo lo asesinaron con la mirada basta.

–Fc para los dos amiga —Luciano me abraza.

–Feliz cumple amigo.

Sigo saludando a todo el batallón y cuando terminó los quebrados comienzan hacer la previa, ya se imaginarán quienes son, argentinos obviamente.

–No puedo tomar, bullshit —Candela mira el Smirnoff.

–¡No digas bullshit que me hace acordar a Larry! —la miro.

–Si los viste y es más real que todo —me mira sin entender.

–Es verdad.

Hace un año estaba pasando mi cumpleaños sin Paulo, justo estábamos peleados. Estaba con Giovani.

Literal que no puedo creer cómo cambia todo tan repentinamente.

21 | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora