15

9.1K 436 33
                                    

Me levanto gracias a que unas manitos comienzan a pegarme y tirarme del pelo con fuerza. Abro los ojos y ahí está Gianna sentada con su body de oso blanco.

–Hola mi amor —la pongo boca abajo en mi pecho.

Luego de hablar con ella lo que se puede, ambas nos cambiamos y bajamos encontrándonos con todos salvó Toto.

Gianna desayuna al igual que yo para luego bajarse a jugar con su prima.

–¡Abela! —grita Gianna y la miro.

–Nena no grites que no es sorda —la miro.

–¿Qué pasa mi amor? —mi mamá la mira y ella le dice algo que no entiendo—. Sofi, ¿Qué dice?

–Vos decile que si, no sé qué dice —digo mirando el celular.

–¡No! —grita Azul.

–Nena no grites —la miro.

–Yo la verdad no sé cuál es peor —Candela mira a las dos.

–Preguntale a Ezequiel porque les enseña a gritar —habla mi cuñada.

–¡Papá! —grita Gianna.

–¡Hija! —le grita el boludo saliendo de la cocina.

–Sofía le dice a las nenas que no griten y viene el pelotudo y grita peor —Yanina mira a Paulo riendo.

–Y todo para hacerme la contra a mi —miro a Paulo.

–Claramente —se sienta a mi lado con un plato panqueque con dulce de leche y chocolate derretido arriba.

–Estúpido no que Gianna va querer —lo miro.

–No le voy a dar igual... tengo sueño.

–Y si cuando tenés que dormir no dormis —lo miro—. Te levantas para romperme las bolas que no tengo.

–Pobrecito Sofía —mi mamá me mira.

–Porque a vos no te rompe las bolas, mamá.

–Amo joder a Sofía.

–Sofía no me llamo —lo miro.

–Mamá —Gian me señala la tele.

–¿Qué pasa?

Ella me sigue señalando la tele, la miro y ahí aparece Giovani en primer plano a punto de que empiece el partido del Betis.

Esta nena no va superar nunca y yo si ella sigue así menos.

–¿Quién es? —la miro agarrando sus manitos.

–Gio —responde.

–Viste —le sonrió y Paulo me mira mal—. ¿Qué?

–Nada —sigue comienzo lo que tiene en ese plato lleno de grasa y calorías.

–La culpa no es mía...

–Nadie dijo eso —responde.

Y para no empezar nuevamente con toda esa absurda pelea por Giovani, no le respondo.

Culpa mía no es que la nena amé a Giovani y a Oriana no, por algo será.

–So, ¿Después volves a España? —pregunta mi mamá.

–Gianna se va con Paulo y yo me voy a Francia para grabar algo, después voy a Ibiza dos días por unas fotos y vuelvo a casa.

21 | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora