21 | Paulo Dybala

129

27/12/2024

Apenas llegamos a la casa en Buenos Aires, bajo a los dos más chiquitos y dejo todas las valijas en la habitación. Cómo Navidad la pasamos en Rosario ahora nos toca en Buenos Aires con amigos como siempre.

Que raro que ya anden haciendo quilombo los chicos y los grandes que parecen chicos. Somos como veinte personas en una casa, lo que va ser esto.

–Tiene mi talento —Paulo mira a Giovanna con la pelota.

–Pobrecita —Ezequiel mira a su ahijada.

–Que malo sos —miro a mi hermano.

–Hola mi amor —Anto mira a Gianluca.

–Que hermoso que sos wacho —Ezequiel lo mira.

–Me encanta Gianna con un vestido Gucci y los demás así nomás.

–Ella marca la diferencia, olvídate.

–¿Vos vas a ser modelo? —Leo la mira.

–Si, como mamá.

–La cara de Paulo —Anto lo mira riendo.

–¿Por qué no agarras la pelota como tus hermano? —la mira.

–¿Las mismas fotos que mamá? —la miro y asiente—. Te vas a morir, Paulo.

–Dios mío...

Más tarde cambio a los chicos por una ropa mejor y acordé, Gianna no puede andar con un vestido así y Gianluca en jean claramente.

–Ya la veo con un vestido así enorme —habla mi hermano.

–Y si corazón... tengo que ser el centro.

–Nos casamos los dos —Paulo me mira.

–A ella no le importa Paulo, a ella le importa que el mundo hable de ella —Yanina ríe.

–¿Tu amiguito gringo va ir? —Leo me mira.

–¿Justin? —Gianna lo mira—. Si.

–La nena te contestó —la señalo.

–Van a estar todas estrellitas de allá amigos de ella ay dios —Paulo niega con la cabeza.

–Yo me voy a deprimir con el cuerpo de todas esas chicas, desde ya lo aviso —habla Anto.

–Tenemos un año para ponernos en forma...

–Lo peor es que ya las visitas ¿Entienden? —habla Paulo—, y son como Sofía, te dan esa mirada de piba que está allá arriba.

–Yo nunca miro a la gente así —lo miro.

–Que no —Anto me mira riendo—, desde que te conozco lo haces.

–Yo de verdad no sé en qué momento nos mentimos en esta —Leo mira a Paulo—, es increíble que estás dos sean modelos de esa marca.

–Y ángeles —lo miro.

–Boe sorry pelotuda —el Kun me mira riendo—, ángel que cobra millones por caminar en una tarima.

–Boe querido, si modelar es solo caminar sobre una tarima jugar al fútbol es solo correr atrás de una pelota —lo miro—. Si no vamos a ver el esfuerzo que hay detrás, es solo eso.

–Igual no amiga, alto esfuerzo.

–Se desvían del tema casamiento —Yanina nos mira.

–Ah si, lo que iba a decir es que Cande tiene su mesa al lado del baño —habla Paulo.

–Boe tarado —lo mira mal.

–¡Papá! —grita Gianna.

–Te llama —Paulo me mira.

–Dijo papá.

–Miren —Thiago nos mira.

Agarra la cabeza de Gianna mientras como a sacudirla bien fuerte y la otra boluda ríe.

–Encima se rie —Leo mira a su hijo.

–Se mareó —la miro riendo.

–Upa —Gianel estira sus brazos hacia mi.

–Deja de ser tan maricon nene —Ezequiel lo mira—, soltá a tu mamá un poco.

–No —lo mira mal.

–¡Bullshit! —grita Gianna.

–Gianna —Paulo la mira—, no digas eso.

–No hablo español —lo mira y habla inglés. Ni a mí se me ocurrió eso en 26 años de vida.

–Cinco años tiene, cinco.

–Esto es increíble —Paulo niega con la cabeza.

Realmente yo ya no puedo pedir más nada, las cosas pueden cambiar tanto en solo cuatro años y estoy agradecida de que todo haya cambiado para bien.