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Recibí un mensaje de Paulo diciendo que no vaya al ser por él me iba a traer a mi hija a mi casa, algo que agradezco porque no puedo salir con la cara de muerta que tengo de llorar la mayor parte de la noche.

Y otro mensaje de mi mejor amiga diciendo que iba a venir a verme aunque yo no quiera. Compañías así necesito en este momento.

Cuando el timbre suena, termino de peinarme el pelo mojado y bajo las escaleras corriendo para ir abrirle a Paulo y Gian.

Él me saluda y entra con nuestra hija en brazos, yo la alzo y beso. Ella hace lo mismo mientras mira la casa que claramente mucho no conoce.

–Mi a... So ¿Qué pasa? —Paulo me mira y yo lo miro porque creo que estaba por decir Mi amor.

–Nada —niego con la cabeza rogando no llorar en frente de él.

–Dale.

–Estoy cansada de todo —dejo a Gianna en la alfombra y me siento en el sillón mientras me tapo la cara.

–No termino de entender porque me dijiste que te la traiga acá y no a Sevilla —se sienta a mi lado.

–Con Giovani terminamos por cosas muestras... nada más.

–¿Qué hizo?

–Nada, ya está —suspiro—, cosas que pasan.

–¿Estás bien?

–Paulo no preguntes cosas boluda —lo miro y él ríe.

–Perdón pero siempre la cago.

–La verdad si.

Lo miro y de un momento a otro él me abraza, hace casi dos años que no lo abrazo. Es bueno sentirlo más cerca de mi.

Me separo de él por un grito de Gianna, ambos la miramos y ella está en frente nuestro mirándonos a ambos.

–¿Qué pasa mi amor? —la miro agarrándole de las manitos.

–Me tengo que ir —Paulo me mira y asiento.

Con Gianna vamos con Paulo hasta la puerta y lo despedimos. Luego volvemos a entrar.

Candela llega unas horas después y al verme me abraza. Ya me quedé sin lágrimas de tanto llorar ahre igual si.

–Planeo quedarme hasta que me cansé así que anda haciéndome un lugar —mi mejor amiga me mira.

–O hasta que te canses de tu ahijada —hablo mientras persigo a Gianna por la casa tratando de ponerle el traje de baño.

–Si es un amor esta nena —ella se agacha a su altura.

–No le des dulce de leche —la mira.

–No va comer nena, me va dar a mi —me mira.

Gianna agarra la cuchara y le da en la boca a Candela.

Después de pelear con mi hija un poco más porque no se quiere vestir, termino ganando yo obviamente y ella termina con una bikini hermosa.

–Can, yo en dos días tengo que ir a Argentina.

–Vamos, ¿Qué tenés que hacer?

–Bailar con Julián.

–Yo te dije que lo tenías que hacer —sonrie.

–En Junio tenemos doble fecha con amistosos.

–No me interesa eso, ¿Qué van a bailar?

–Reggueton...

–Amiga —me mira riendo—. Unos cuantos se van a querer matar.

–Mamá —Gian me mira—. ¿Gio?

Candela me mira y yo no sé qué decirle.

–Se fue a jugar mi amor —la miro.

–No podés decirle que se fue a jugar, la nena entiende las cosas —mi mejor amiga me mira.

–Entiende algunas cosas, pero no entiende que no lo va ver nunca más porque ya no es nada nuestro.

–Siempre va ser parte importante de la vida de ustedes So, y eso no lo vas a poder borrar nunca.

21 | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora