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Casi a la mitad del segundo tiempo Scaloni pone a Paulo.

Corro la vista del campo un segundo y ya nos meten un gol. ¿Es joda?

Scaloni me llama y voy a su lado, me señala la magia que hace Messi y como trata de llevar la pelota. Está de más decir que es el mejor del mundo.

Después me señala a Ezequiel el cual mira todo desde el pasto.

–La próxima citame a Pepo de la Vega y no a ese boludo —miro Scaloni y él ríe.

–La próxima lo rajamos y vienen los pibes.

–Dejá de bardear a mi amigo —el Kun me señala.

–La próxima traen a Pepo y no a vos —me siento en mi lugar.

–¡Es un nene! —Rojo me mira.

–Nadie dijo nada de eso, no saltes donde no hay charquito —lo miro.

–Anda a poner la ubicación de Bahamas mientras estás con tu novio en Córdoba, boba.

–Callate estúpido —me siento en mi lugar.

Y como los idiotas cortos de mente me siguen jodiendo, me voy a parar al lado de Scaloni. Él puede que me joda pero no tanto.

Lionel corre todo el campo y a unos metros del arco le pasa la pelota a Paulo. Déjenme soñar tranquila con este dúo.

Paulo la agarra y la patea hacia el arco. Al efectuar el gol, corre hacia la esquina de la cancha y festeja con sus compañeros.

Ay nene te amo tanto.

Después él me mira y me guiña un ojo. Bebé hermoso.

El partido culmina con una victoria sobre la hora, como siempre con el DT saludamos a todos los jugadores y vamos hacia el vestuario.

Luego de que todos estemos listos para irnos, me cuelgo la mochila y vamos pasando de a poco por el pasillo lleno de periodistas.

–Matarlos en los entrenamientos vale la pena —habla Scaloni.

–Que va valer la pena si me duele todo, la otra forra me hace la vida imposible —habla el Kun mientras yo paso.

–¿Que hablas de mi? —lo miro mientras sigo caminando—. Vos me hiciste la vida imposible desde que te conozco y llegó mi hora.

–¿Nos ilusionamos con la dupla Dybala-Messi? —me preguntan al paso.

–¿Cómo hago para no ilusionarme?

Subimos al micro de la selección y me siento sola en las primeras filas. El sueño que manejo es increíble.

Al llegar al hotel, me baño mamá me trae a mi hija para luego irse a su habitación. Salimos juntas de esta y ella corre para la habitación de su madrina, al entrar Cande la alza para luego sentarse en la cama.

Ella le mira la panza, aunque no se nota nada todavía.

Luego de unos minutos volvemos a mi habitación para dormir. Mañana tenemos que volver a Buenos Aires para ver la final de la Libertadores.

–Ya me parecía raro —miro a Paulo entrar por la puerta.

–Ya me extrañabas —me mira alzando las cejas.

–No sabes cuánto.

21 | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora