21 | Paulo Dybala

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–No deberíamos estar acá —miro a Paulo.

–Ya nos vamos —me mira poniéndose el gorro de la campera.

–Porque culo te tengo que hacer caso a vos —lo miro mientras cruzamos la calle.

–Qué exagerada que sos.

–No, vos te tomas muy a la ligera todo... vos no entendés que van a inventar cualquiera si nos ven y yo soy la que queda peor.

–Sofía, que te chupe un huevo.

Cuando llegamos a la casa, me desabrigo y me quedo descalza. Amo estar así.

Gianna y Azul corren por toda la casa mientras Yanina con mi mamá hablan de no se qué y Toto juega a la play.

–Hagamos sushi —Paulo me mira.

–Ni en pedo, primero no me gusta y segundo ya hiciste sushi con Oriana —lo miro.

–Que celosa de mierda —me abraza por la cintura y me muerde el cachete.

–¡Nene! Mil veces te dije que no me muerdas.

–Que histérica.

–Histérica anda a decirle a tu mujer papi, a mí no —lo señalo.

–Dentro de poco vos vas a ser la mía, acordate —me guiña un ojo.

Lo miro alzando las cejas mientras camino al living dónde están las demás.

Mi mamá nos mira sonriendo.

–Yo los amo —nos mira a ambos.

–Vos amas a todos, mamá —la miro—. Amabas a Giovani, a Jordan, a Neymar, a Julián Draxler, a Gianluca, a todos.

–Pero Paulo es Paulo...

–Lo mismo dijiste de Jordan —mi cuñada lo mira.

–¿Quién es Jordan? —Paulo me mira.

–Un novio que tenía desde los dieciséis a los dieciocho —lo miro.

–Era re lindo, rubiesito, de ojos claros... hermoso —habla mamá.

–Lo de rubio Paulo te lo debe —habla Cande.

–Anda, teñida —la mira mal.

–Pero mi preferido siempre va ser Julián Draxler —mamá sonríe.

–Mamá, si yo nunca estuve con Julián —la miro alzando las cejas.

–Lo podrías considerar —asiente repetidas veces.

–Callate mamá, es mi amigo.

–Ya voy a ser yo tu preferido, suegra —Paulo la mira.

–Corazón, me parece que tu suegra no es y no va ser nunca porque nosotros no estamos ni vamos a volver —lo miro.

–Eso crees vos —me mira.