05/05/2021
Con Paulo todavía no estamos viviendo oficialmente juntos, aunque creo que en unos meses lo vamos a estar haciendo. Con Gianna vamos y venimos aunque estamos más tiempo en Italia que en España.
Ahora estoy con la selección entrenando ya que en unos días jugariamos un partido de eliminatoria.
Apenas termino de atarme el pelo, salgo a la cancha y reuno a todos en el centro.
–Jefecita —el Kun pasa una mano por mi hombro y no se porque me recuerda a Masche.
–No nos vemos hace mucho y no están al ritmo del entrenamiento.
–¿Por qué me miras a mi? —Ezequiel mira a Scaloni.
–Porque estás gordo.
Scaloni me mira y devuelve la vista a los demás para seguirles hablando. Luego los mando a correr y nosotros vamos a poner conos y demás.
–¿Te sentís bien? —Paulo me mira y asienti—. ¿Segura? Estás blanca.
–Estoy bien —asiento.
Se muy bien lo que me pasa, lástima que él no.
Cuando terminamos de acomodar todo, voy a tomar un poco de agua fría.
–Velocidad a lo largo, a lo ancho trote los viejos y nos nuevos caminan o trotan —miro a todos—. Dale, vayan.
–¿No le dijiste? —Laura, una médica, me mira.
–Hoy —la miro.
–Se va poner re feliz —la señora me besa la frente.
–¡Sergio vos trota hermano, no sos nuevo! —lo miro.
–No grites querida, pobre bebé —Laura me mira riendo.
–¿Que bebé? —Scaloni nos mira.
Lo miro y me señalo la panza disimuladamente, él alza las cejas y yo asiento lentamente. Sonríe y viene abrazarme.
–Felicidades —me mira.
–Gracias —sonrio—. Casi nadie sabe, no digas nada.
–Soy una tumba —se tapa la boca—. Pero lo único que espero es que sea un nene crack.
Río y me doy vuelta a ver lo que están haciendo los chicos. Cuando todos terminan tres vueltas, vamos nuevamente hacer otros ejercicios.
–¡Ezequiel le vas a pegar a tu hermana! —Scaloni lo mira.
–Denme las pelotas.
–Pero estamos jugando —mi hermano se queja y le sacó la pelota.
–So, dale —el Kun me mira.
La mayoría se empiezan a quejar POR DOS PELOTAS.
–¿Quieren pelotudear? Háganlo —los miro mientras tiro las pelotas en la bolsa—. Pero no nos hagan perder tiempo a mi, a Lionel y a todos los demás que estamos todo el día detrás de ustedes cuidandolos como si fuesen nenes chiquitos... Se están cagando a pelotazos hermano, ¿No entienden que se pueden lesionar? Estamos a días de una eliminatoria, no se pueden dar el lujo de no hacer nada y boludear en un entrenamiento... Si no quieren hacer nada diganlo y se van a la mierda, miles de pibes quieren estar acá.
Me doy vuelta y agarro la bolsa de pelotas para llevarla con los demás materiales.
–¿Piensan hacer algo? —Lionel mira a todos y yo llego a la ronda.
–Si —contestan todos al unisono.
–Una mitad conmigo, la otra con Sofi... los arqueros con los entrenadores de arqueros —habla Scaloni.
–Los que jugaron el mundial de Rusia conmigo —los miro y ellos vienen—. Gio, vos también aunque fuiste de paseo.
–Hermoso recuerdo —suspira.
Me los llevo conmigo y como hace un rato estaban pelotudeando y haciendo nada ahora los voy matar. Que linda es la venganza ahre.
–No puedo más —Paulo se acuesta en el piso agitado.
–Te falta una vuelta, dale —lo ayudo a levantarse.
–Vengativa que sos —Ezequiel me mira.
–No estaban haciendo nada, se lo merecen.
–¿Por qué Giovani no hizo casi nada? —el Kun me mira.
–Por que él si hizo lo anterior, ustedes no... Negro, a ver tu pulso.
Le pongo dos dedos arriba del cuello y tomo el pulso.
–No te vas a morir, seguí.
–No tengo pulso Sofía —Marcos me mira con los ojos abiertos.
–No vas a tener pulso cuando te pegue una patada en el orto y te cagues muriendo —Ezequiel lo mira.
Cuando estos pibes se van viene lo lindo y los que si hacen las cosas (aveces), igual estos son ma buenos conmigo porque no me descansan y eso como los otros. Igual seguro para el mundial o en unos meses ya tomen confianza y van a ser iguales que los otros.
[...]
Ya en el hotel, me baño y visto para luego ir a buscar a Gianna. La traigo a mi habitación y nos ponemos a jugar con la pelota ¿Con qué más jugariamos nosotras?
A los minutos llega Paulo y se recuesta en la cama, luego viene a jugar con nosotras.
–Paulo —lo miro.
–¿Qué pasa? —pregunta concentrado en el juego con su hija.
–¿Y si te digo que en unos meses vs a estar jugando con otra persona como lo estás haciendo con Gianna?
Suelta la pelota y se da vuelta a mirarme. Le sonrío y él viene abrazarme.
–¡Papá! —Gian la mira.
–Perdón hija —la alza y la trae hacia mi—. ¿De verdad me estás diciendo?
–Si —asiento.
–Te amo tanto —me abraza sonriendo, al soltarme mira a Gianna—. Vas a tener un hermanito mi amor.
–Una nena —ella lo mira y se baja de los brazos de su papá.
–Me haces muy, muy feliz —Paulo vuelve abrazarme—. Te amo.
–Te amo mucho más —lo beso.
–Ahora somos cuatro.
Y si, de ahora en más vamos a ser cuatro.
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21 | Paulo Dybala
Fanfiction"Sé que algún día vamos a volver a brillar juntos". [2° temporada]