38

8.2K 326 20
                                    

Tercer día de cinco en Indonesia con Anto, mamá, Yanina y Cande, con ésta última vinimos hacer una producción y las demás nos acompañaron.

Mientras los más grandes, Mateo, Thiago y Tomás, juegan a la pelota Mia y Azul juegan en la pileta y mi hija duerme encima de mi pecho. Cómo siempre.

–Ma, ¿Vas a ver la final? —la miro.

–Va tu padre, así que sí.

–¿Llevas a Gian? —Cande me mira.

–Si, porque Paulo viaja a no sé dónde y no se la voy a dejar... obviamente.

–Igual es obvio que no lo ibas a ver —habla Yanina.

–Claramente —digo mientras miro a mi hija y le acomodo el pelo—. Igual creo que a la vuelta del partido va.

–Y va Jordan.

–Que lindo va ser eso amiga —Cande me mira.

–¿Se conocen? —Anto me mira.

–No —respondo y dudo—. ¿O si?

–Si boluda, esa vez que volvimos de no se donde y él te llevo a Gian a tu casa, y ella le estiró los brazos a Jordan y bueno... Paulo se fue —Cande me mira.

–Ah si, epic face.

–Mira la otra —Yanina mira a Mia saltando del trampolín.

–Madrina mira —Azul me mira y se tira al agua.

–Hermosa que sos —la miro sonriendo.

Al rato Gianna se despierta con todas las pilas del mundo y comienza a jugar con los demás y a correr de acá para allá. Es tan hermosa mi bebé.

Cuando cae la noche, los más chiquitos se bañan primero y luego nosotras.

–¡Tomás! —bajo las escaleras—, ¡Nene tu mamá te está diciendo que te pongas algo en los pies para acompañarme a comprar!

–Creo que la chica te habla —Thiago lo mira.

–¿Cómo que la chica? —lo miro—. Soy tu tía querido.

–Bueno, querida no quiero ir —Toto me mira.

–Lastima... porque me vas acompañar igual —le sonrió mientras me pongo las crocs.

Toto, Thiago y Mia vienen conmigo caminando a comprar algunas cosas para la cena.

–¿Paulo? —Thiago me mira.

–¿A quien le importa Paulo? —Toto mira a Thiago y luego a mi—. ¿Jordan?

–Paulo en Italia y Jordan creo que en España... —miro a ambos.

–¿Te peleaste con Paulo?

Ay estos nenes de hoy que se dan cuenta de absolutamente todo.

–No, ¿Por qué? —miro a Thiago.

–Porque no está acá...

–Tiene que jugar... cómo tu papá y el tuyo —miro a ambos nenes—, muchas veces no pueden acompañarnos a los viajes y los tenemos que hacer solos.

–¿Y Gio? —Thiago me mira.

No sé qué mierda responder, odio esto.

–Con Gio ya no estamos más juntos, pero lo quiero mucho —demasiado para mí gusto.

–¿Vamos a volver a estar todos juntos como hace mucho?

¿Por qué estos nenes se encariñaron tanto con Paulo

–¿Con Gio o Paulo? —miro a mi sobrino de corazón riendo.

–Con cualquiera.

–A Paulo lo vamos a ver siempre porque es el papá de Gian y capaz hagamos un viaje todos o pasemos tiempo juntos como antes —lo miro y luego devuelvo mi vista al camino—. Y con Gio viajamos cuando estamos en la selección... nada más.

Gracias a Dios el resto del viaje dejan de preguntarme cosas sobre Paulo, Giovani o Jordan.

Al volver a la casa, ellos bajan corriendo y Mia de mi mano.

–Yo no llevo más a esos dos pendejos —digo bajando la bolsa en la mesada.

–¿Qué hicieron? —pregunta Anto.

–No paran de preguntar por Paulo, Giovani y Jordan —la miro y mi mamá ríe.

–Hora de volver —mamá pasa por mi lado con Gian a upa.

–Sisi ya —la miro riendo—, anda vos con ellos ya que tanto lo amas.

–Ella ama a Draxler —habla Cande riendo.

–Si la verdad, es su santa devoción Julián —alzo las cejas.

–Es hermoso.

–Si vos decís, ma.

21 | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora