Bajo la luna 🌙 [Caché] || One Shots [TERMINADA]

Long distance love [Final]

Pov. Poché

Que días más locos. Desde que Claudia se rompió la pierna y llegó el nuevo bailarín todos hemos estado muy ocupados. Debíamos enseñarle todas las coreografías y sólo faltaba una semana para el show.

Muchos días tuve que quedarme a solas con él para poder avanzar más durante la noche, no tenía tiempo para nada y estaba tan estresada que no sabía ni en que día vivía y sólo llevaba la cuenta hacia atrás de los días que faltaban para la presentación.

Hoy teníamos programado un entrenamiento con todos los bailarines. Estábamos en mi estudio de Los Ángeles desde las 7 de la mañana intentando cuadrar todo. Estaba exausta pero teníamos que seguir.

—Poché —llamó una de las bailarinas desde atrás de la sala — ¿podemos descansar por favor?

Me giré para verlos y todos estaban igual que yo, tan cansados que en cuanto asentí, se tumbaron en el piso para descansar.

—Vamos a tomarnos 5 minutos —les dije y también me dejé caer junto a ellos.

Cerré los ojos un momento para descansar de la8 luz pero alguien me interrumpió.

—debes tener sed — dijo Joel alcanzandome una botella de agua fría

—gracias —respondí un tanto incómoda. No sabía la razón exacta pero este chico me causaba un poco de recelo y aunque la mayoría de veces lo intentaba sobrellevar bromeando había momentos como ahora que me gustaría que se alejara un poco.

Joel se sentó a mi lado, demasiado cerca.

Este chiquito no entiende lo que es espacio personal.

busco mi maleta y saco el teléfono para revisar la hora. 4:23 pm. Ninguna llamada de Calle, ningún mensaje. Sé que le dije que estaba ocupada y casi no pudimos hablar en la mañana pero aún así me dolía no tener noticias suyas.

Tal vez también está ocupada Poché, no te estreses. Me tranquilizo mentalmente.

Revisé la hora de nuevo, aún quedaban 3 minutos de descanso. Bloqueé el celular y lo puse a un lado.

—ahora vuelvo —mencioné levantándome. Necesitaba ir al baño a refrescarme un poco.

Mis piernas están como gelatina. Entro al baño, me lavo la cara y me veo al espejo.

—Qué carita tienes —me digo a mi misma.

Regreso a la sala y anímo a todos para continuar. —Vamos chicos. Levantense.

Ayudo a varios a pararse del suelo y cuando llego al frente, Joel está sosteniendo mi teléfono. Lo miro extrañada.

—Lo dejaste, cuando te fuiste— dice y me lo regresa.

—ok... Gracias — respondo recibiendo el aparato y sin hacer mucho caso lo regreso a la maleta.

Comenzamos con el entrenamiento de nuevo y seguimos sin parar. Una hora después, ninguno de nosotros podía continuar.

Empezamos a guardar las cosas, nos duchamos y salimos. Una vez afuera, Joel se ofreció a llevarme a casa junto a las otras chicas, pero me negué.

— No, en serio gracias, pero yo me voy por mi cuenta — aseguré

Las chicas se quejaron — Poché, no te hagas de rogar y vamos todos.

— No es eso, es sólo que no quiero molestar — me justifique.

— Wey tu no molestas — afirmó Joel y ya no pude seguir negándome.

Tomé un largo suspiro y acepté — Está bien, pero directo a mi casa por favor.