Bajo la luna 🌙 [Caché] || One Shots [TERMINADA]

Amazona [Final]

Discoteca Amazona.
10:23 p.m.

Pov. Poché

La cague. ¡marica la cague!

— ¡Poché! — Sebastián se me atravesó mientras seguía a Daniela hacia afuera. Dios, yo amaba a mi amigo pero en este momento no tenía tiempo para él — ¡¿a dónde va Calle así?!

— Sebastián. Ahora no por favor. — le pedí y traté de seguir avanzando, pero no me dejó y me cerró el paso de nuevo. — ¡dejame ir!

— ¿Qué está pasando? — preguntó serio pero yo no estaba jugando. Necesitaba alcanzar a mi novia en donde sea que esté para arreglar las cosas de una vez o sería demasiado tarde.

— Nada. Dejame salir — le exijo muy seria.

Me mira extrañado y estoy segura que es porque jamás me había oído hablar así. Muy pocas personas conocían este lado mio, pero estaba asustada, aterrada porque las cosas se me habían ido de las manos y no supe controlar la situación.

— esta bien. — dijo apartándose finalmente — solo prometeme que van a estar bien.

— eso espero. — respondí en automático sin siquiera mirarlo y seguí avanzando rápido viendo a todos lados — eso espero.

Mi ruego se hizo más grande cuando salí y la encontré parada esperando la camioneta impaciente. Corrí hacia ella mientras el chico del estacionamiento le daba sus llaves. Estaba a punto de irse y yo no lo podía permitir.

Abrió la puerta del conductor con fuerza y dejó sus cosas en la parte de atrás — ¿Qué haces aquí? — me reclamó sin girarse, como si siempre hubiera sabido que yo estaba ahí. — Vete y sigue disfrutando la noche con tu nueva amiguita. Yo ya no te molesto más.

Jesús, su ira era palpable.

— amor... — empecé pero se giró bruscamente y me detuvo.

— no me llames así. — sus ojos brillaban con dolor y mi corazón se estrujo — mejor vete. Regresa con la gusana esa que tanto te gusta ver bailar.

En cualquier otro momento me hubiera partidos de la risa pero justo ahora, estaba demasiado asustada como reír. — Calle, dejame explicarte.

— ¿explicarme? — se cruzo de brazos — ¿explicarme qué? ¿Cómo te estabas comiendo con la mirada a esa tipa? No mi amor, si eso lo vi yo misma.

Estaba usando un tono peligrosamente dulce, de esos que guardan un montón de amenazas veladas. — ¡No! Las cosas no son así.

Traté de explicarle pero ella ya estaba subiendo al vehículo sin dejarme decir nada. — ¿sabes que? Ya no me importa. Solo vete y déjame sola.

Azotó la puerta con fuerza y arrancó el motor. No señora, ella no se iría de allí sin mi.

Corrí hacia el lado del copiloto y traté de abrir la puerta pero no pude. Daniela la había asegurado desde adentro. — abre por favor — le rogué pero ella ni siquiera me miró. — ¡Daniela abreme!

Hizo ademán de arrancar pero yo no la dejé. Me paré justo en frente de la camioneta — o me abres o vas a tener que pasar sobre mi.

Yo la conocía muy bien y por más molesta que esté conmigo, jamas me haría daño. La vi suspirar. Escuché el clic del seguro de la puerta y corrí de nuevo.

Subí a su lado y ella arrancó sin decir nada más. Puso la música a todo volumen, no me dirigió la palabra en ningún momento durante todo el camino y hasta parecía que yo no existía en esa camioneta. Intenté hablar un par de veces pero fue inútil, como hablarle a una roca, o a una pared.