Inexplicable [parte 4]

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— Ese tipo está loco — comentó Vale mirando su computadora.

Ahí, una imagen de Mario destrozando un tacho de basura había sido puesta y los memes no tardaron en llegar. Le había dolido.

— parece que le diste en el orgullo — comentó sonriendo Poché.

— Eso era justo lo que buscaba — respondí felíz.

— Ya bueno. Entonces ¿que haremos ahora? — Preguntó Vale.

— pues no lo sé — respondió Poché a su hermanita — Creo que Daniela tiene un vuelo que abordar.

Comentó recordándome el viaje a las Vegas. Pero lo más extraño fue que al escuchar mi nombre completo así de forma tan impersonal causó un pequeño dolor en mi.

— Si, pero el avión sale a más tarde — comenté tratando de ignorar mi recién descubierta incomodidad — ¿Qué quieren hacer? Yo las invito.

Ofrecí. Debía agradecerles de alguna manera el haber sido tan amables conmigo.

— ¿De verdad? — preguntó Vale feliz. Asentí sonriendo. — desde hace tiempo e querido ir a un parque de diversiones pero Poché nunca tiene tiempo.

— claro que si pulga.— dije apretandole los cachetes suavemente — Ustedes han sido tan buenas conmigo que debo agradecerles de alguna manera. ¿Aceptas? — Pregunté mirando a Poché directamente esperando a que diga que si. Traté de verme adorable para derretir su corazón pero no hizo falta mucho esfuerzo.

— Está bien — aceptó pero una sombra de duda pasó por su rostro — aunque... ¿No será muy  expuesto para ti?

Tenía razón, un parque de diversiones estaba repleto de gente de todas las edades dudo mucho que los adultos me reconocieran pero los demás...

— aunque... eso tiene solución. Si me prestas algo de ropa y con un poco de maquillaje, nadie me reconocerá

— Si tú lo dices.. — desconfio un poco.

— Si. Todo estará bien. No se preocupen. Mejor vamos a cambiarnos para aprovechar todo el tiempo que podamos.

Hace mucho no iba a un parque temático, la gente iba y volvía de un lugar a otro con alegría, todos se divertían y no era para menos, los juegos eran muy grandes aunque gracias a mi miedo a las alturas dudaba mucho que pudiera subirme en alguno aunque la misión de hoy era divertirme y hacer que Vale y Poché la pasarán muy bien.

Todos tenían  gorros y sombreros para el intenso calor. Entre tanta gente era casi imposible que alguien me reconociera, además me había puesto una polera ancha y unos jeans rasgados que encontré en su armario, me había sujetado el cabello en una coleta y con los lentes oscuros debajo del gorro que llevaba nadie diría que era yo a menos que se acercara demasiado.

Vale no había parado de sonreír desde que llegamos, lo cual me encantaba porque esa niña ya se había ganado mi corazón igual que su hermana.

Era maravilloso saber que cosas tan simples como una salida podían causar tanta felicidad. Compramos algodones de azúcar y estuvimos paseando mientras decidiamos a cual juego subirnos hasta que Vale vio uno que se veía horrible e incluso desde abajo causaba miedo.

— Ahí. Vamos a ese — pidió con los ojos brillantes de expectación

Se llamaba martillo y era un péndulo que giraba a 360 grados a más de 10 metros del piso. Sólo de verlo causaba escalofrío.

— Me encanta — aseguró Poché apoyando a su hermanita.

— No jueguen — rebatí aterrada. — ¿se quieren morir?

Bajo la luna 🌙 [Caché] || One Shots [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora