Bajo la luna 🌙 [Caché] || One Shots [TERMINADA]

Mi casualidad más bonita [final]

Pov. Calle

— El uber ya viene — comentó Alex quitándose la chaqueta y cubriendome los hombros.

— Gracias — respondí con voz entrecortada.

Aunque hace poco había logrado calmar la cascada de mis lágrimas y por fin podía mantenerme más flote, el pecho me dolia, la garganta me ardía y los ojos me escocian a tal punto que tuve que cerrarlos un momento para calmar la molestia.

— ¿Ya estás más tranquila? — preguntó Alex con cuidado.

Él se había quedado ahí, estoico a mi lado mientras yo lloraba en silencio, sentada en el piso de esa carretera desierta a mitad de la noche.

Si eso no era ser buen amigo, no sé que era.

Asentí a su pregunta, aunque no estaba segura de poder estar «tranquila» hasta encontrar a Poché y explicarle todo.

— ¿Ahora si me dirás lo que pasó? — preguntó suavemente.

Negué — Alex...es complicado. No creo que lo entiendas.

— Pues podría, si me explicaras — rebatió sentándose al frente mío.

— Es que no...

— haber, responderme algo y si la respuesta es no, no sigo insistiendo.

— ok

— ¿Tiene algo que ver conmigo? — preguntó buscando mis ojos para ver si le decía la verdad.

Suspiré cansada, yo tenia un defecto muy grande y es que mis expresiones se podía leer perfectamente lo que sentía y en ese momento, ante una confrontación tan directa no podía mentir.

Me mordi los labios con culpa y asentí lentamente confirmando sus sospechas.

— ¿Entonces no crees que tengo derecho a saber lo que pasó? — me cuestionó despacio y con cuidado, como si en cualquier momento me fuera a romper de nuevo.

Me rendi — ¿Qué quieres saber?

— no lo sé — reconoció — sólo la razón por la que todo se volvió tan raro ahí adentro — indicó el restaurante a lo lejos.

Me agaché avergonzada — todo fue mi culpa. Hice cosas que no debía y ahora estoy hasta el cuello con las consecuencias.

— no te estoy entendiendo

— créeme que no es fácil de explicar — respondí encogiéndome de hombros.

— haber, empecemos por el principio. ¿Por qué se fue tu amiga así de repente?

— discutimos — respondí con voz monótona.

Puso los ojos en blanco — me refería a la razón.

— porque soy una estúpida — reconocí viendo hacia el piso.

— no. Estas imposible — dijo exasperado.

— Y qué quieres que te diga, si es la verdad — respondí en el mismo tono. — discutimos por qué soy una estúpida, porque hice tonterías, porque me confíe demasiado, escondi cosas que no debía y por ti.— exploté y solté todo demasiado rápido.

— ¿Por mi? — preguntó confundido.

Suspiré levantándome. — si, por ti — ¿Tanto quería saberlo? Pues ahí estaba — ella cree que tu me gustas.

Abrió los ojos perplejo y se levantó también. Me crucé de brazos esperando su respuesta, pero al parecer le había afectado un poco lo que le dije porque tardó varios minutos en procesarlo.