Bajo la luna 🌙 [Caché] || One Shots [TERMINADA]

Cenicienta [parte 3]

Bogotá - Colombia

Pov. Calle.

— ushh Juliana tu siempre haces esto — me quejé por teléfono.

— Lo siento Dani, se me hizo tarde. Ve yendo por favor. Yo te alcanzo ahí.

— Ok ok, pero apúrate —  colgué la llamada.

Bajé del auto y me encaminé hacia la tienda. ¿Que haría yo ahí sola?, bueno al menos tenía el recibo y podría pedir que fueran preparando el dichoso vestido hasta que mi hermana llegara.

En cuanto entre a la tienda quedé deslumbrada por todo lo que había, este lugar no era muy grande pero sus diseños eran preciosos, unos más extravagantes que otros pero se podía encontrar de todo.

Paseé recorriendo los pasillos viendo todos los modelos hasta que...

<Ay Vale cambia esa cara que pareces un teletubie triste>

Esa voz... Yo conocía esa voz.

Mis pies fueron avanzando magneticamente hacia el lugar....Yo necesitaba comprobar al realmente era ella.

< a ver pruebate este mientras yo elijo algo para mi >

Dios mío. No puede ser. Mi corazón se agitó y el aire escapó de mis pulmones en un abrir y cerrar de ojos. Se veia tan linda. Mis ojos no se equivocaban. ¿Pero que hacia aquí?, el destino es realmente un maldito desgraciado. ¿Por qué venirme a encontrar con ella aquí? Justo ahora.

Me mordi los labios nerviosa, ella no se había percatado de mi presencia, estaba parada a un lado de los anaqueles repletos de vestidos, distraída como siempre con su hermoso cabello largo, azul y lacio.

Tomó uno de los vestidos y se miró al espejo con el, no era de los que alguna vez la hubiera visto usar y tampoco era su estilo según recordaba. Era Rosa, con el corte alto un poco abombado. Muy de pasarela. Nada que le gustara supuse que sólo quería reírse de si misma como siempre,  por eso desde el inicio amé su personalidad. Por fuera parecía muy ruda, una chica mala pero por dentro, por dentro ella era el dulce mas suave del universo.

Sonreí inconscientemente— No creo que sea el bueno — se me salió.

Maldije a mi boca porque yo no estaba lista para este momento.

Ella volteó asustada hacia donde estaba parada y me miró incrédula por un par de segundos.

— Calle... — soltó en un suspiro. Tomé aire. Mi corazón latió fuertemente al ver su expresión de asombro.

— Hola — forcé una sonrisa para ocultar mi nerviosismo. — ¿Cómo estás?

Se quedó callada por unos segundos estrujando ligeramente la tela que aún tenía en sus manos, pero finalmente respondió

— Bien... supongo — Me miraba fijamente como si creyera que fuera a desaparecer en cualquier — ¿Y tú?

Esto era algo incómodo. Tenía el impulso de correr para abrazarla con fuerza, tenerla cerca y respirar su aroma otra vez pero al mismo tiempo quería huir de ahí. Salir corriendo y evitar todo al rededor.

— Bien también creo...— respondí dudando.

La verdad es que el último año no había sido precisamente bueno. Apenas había regresado hace una semana aunque pensaba en irme pronto otra vez.

Ninguna de las dos sabía que más decir. Se creó un silencio un tanto incómodo en el que sólo pude sentir el latir tan fuerte de mi corazón en los oídos, hasta que una dependienta se acercó y me preguntó si podía ayudar en algo.