Estoy cincuenta horas pensando que ponerme y al fin me decido, bueno, me pongo eso porque no tengo más tiempo. Ya lista, preparo todo para la concentración de hoy a la tarde y cuando finalizo con Pedro vamos a su casa.
–Toto ve esto y se muere —le muestro una historia que subió Rama hace unas horas.
–Te quedas sin mejor amigo.
–Pobre mi bebé...
Apenas llegamos me pongo a cocinar yo, porque este nenito no sabe ni hervir agua caliente, no sé cómo hacia antes o cuando yo no estoy. Vive a delivery seguro.
Suena el timbre varias veces y como Pedro está decidido a no abrir tengo que ir yo.
Apenas abro me encuentro a sus padres, tan difícil no es reconocerlos ya que la mamá es muy parecida a él.
–Perdón por tardar pero pensé que iba abrir Pedro pero claramente no —les abro la puerta a ambos.
–Raro de él... —ella me sonríe—. Silvia.
–Lisardo —también me sonríe.
–Agustina —les devuelvo la sonrisa y cierro la puerta.
–Ah, hola —Pedro sale de la cocina y saluda a los dos.
–¿Viste qué linda que es? —Silvia me señala sonriendo.
–Ay mamá —la mira riendo—. Linda y bajita, ¿Viste?
Bueno, ya empezamos con el tema de la altura.
–Que vos seas alto no significa que todos lo seamos —Lisardo lo mira. Ya lo quiero.
Unos pocos minutos después nos sentamos a comer, orgullosa de lo gran cocinera que yo sin mentir. Imagínense que en mi casa la mayoría de las veces cocino yo y si no, sale delivery porque mi mamá odia la cocina.
–¿Hace cuánto se conocen? —Silvia me mira.
–Dos años y medio... pero de hablar y demás uno.
–O sea, siempre nos veíamos porque estábamos todo el tiempo ahi... pero empezamos hablar mucho tiempo después.
–¿Debutaste con 17? —Lisardo me mira.
–Si, en enero del año pasado —asiento—, estaba entrenando, llega la entrenadora de primera, mi entrenador me dice que venían a verme a mí y no entendía nada...
–¿No jugabas en reserva?
–No pasé por la reserva —niego con la cabeza—. Después del entrenamiento me quedé como media hora más para practicar unas cosas y cuando terminó me dijeron que posiblemente me citaban.
–Casi te moris.
–Si, obvio —sonrío—, obviamente quería jugar en primera pero todas las de primera pasaban por reserva e iban algún que otro entrenamiento con las de primera... pero yo ni siquiera eso... a las chicas no las conocía y no sabía cómo jugaban.
–¿Contra quién jugaron?
–Contra River...
–Y después a la selección... —Lisardo me mira—. ¿Cuánto después?
–Me acuerdo que yo tenía que ir a concentrar y ese día mi mamá me dijo hoy sale la lista de las citadas a la selección... para mí era imposible que me citen teniendo tres partidos en primera aunque jugué con la sub 16 y demás... pero salió la lista y estaba mi nombre ahí que la mayoría no sabía quién era y porque estaba ahí entre todas grandes.
–Pero ahora te conocen todos.
–Hasta te ofrecieron para irte a Europa, ¿O no?
–Si, pero no pienso irme —niego con la cabeza.
–¿Por qué? Es Europa —Lisardo me mira.
–Quiero estar lo más que pueda en Lanús, todavía no quiero irme.
–¿A vos te habían mandado a reserva?
–Fue Centurión por unos días —Pedro ríe.
–Si, pero no por el rendimiento o algo... por otra cosa.
–No entremos en ese tema.
Bueno, no es tan malo como pensé que sería.
Cuando ya son como las cinco de la tarde yo ya tendría que estar cambiaba para ir a concentrar pero sigo acá como si nada. Decido ir a cambiarme y abrigarme ya que no hay persona que sufra más el frío que yo, real.
Me pongo zapatillas con el joggin de Lanús un buzo del club que va al cuerpo y una campera de esas inflables. Cómo si iria a la Antártida, bien.
–Me tengo que ir a concentrar —miro a Pedro.
–¿Te llevo?
–No, viene Azu —niego con la cabeza y comienzo a saludar a todos.
–Suerte hermosa —Silvia me sonríe.
–Suerte —Lisardo me saluda.
–Gracias —le sonrío a ambos.
Pedro me acompaña hasta la puerta y antes de irme lo abrazo unos segundos para después besarlo e irme.
Al llegar al club, subimos al micro y de ahí nos vamos al mismo hotel de siempre.
Claramente tengo habitación con Azul como siempre aunque también está Flor de visita.
–¿Cómo fue? —mi prima me mira.
–Yo les juro que casi me muero —me acuesto—. Encima apenas llegaron yo tuve que ir abrir la puerta porque Pedro no mueve un dedo.
–Pedro me hace acordar a Gastón en esas situaciones boluda —Azu rie—. Porque real que vos no estabas y Gato hacia todo solito, llegabas vos y no sabía hacer nada... Pedro es igual.
–Aveces si... no sé —me encojo de hombros—. La cosa es que fui yo.
–¿Y?
–Nada... que se yo son re buenos los dos.
–¿Saben lo que pasó y todo?
–Saben que yo estuve con Gastón pero no sé si saben que su hijito fue Icardi —digo riendo—, pero preguntaron hace cuánto nos conocíamos y claramente si no saben las cuentas no les van a dar.
–Amiga, que te chupe un huevo todo... es tu vida.
–Olvidate, no me interesa lo negativo de afuera —niego con la cabeza—. Suficiente ya tuve.
–Otra cosa, ¿Viste lo de Sofi?
–Come bien la forrita.
–Sofía siempre comió bien, no es novedad —miro a mi prima—. ¿Qué pasó cuando me fui?
–Toto bajo mi vigilancia no hizo nada, Gato tampoco... Santi y Azul histéricos como siempre y nada nuevo —Flor niega con la cabeza.
–¿Mis hijos menores? —digo refiriéndome al hermano de Gastón y Lucas.
–Nada, los estás criando bien —Azul ríe—. Noticia nueva, Lucas le pegó una patada en el culo a la novia ahora ex.
–¿Por qué? —la miro—. Me caía bien.
–No se, pero su felicidad está allá arriba —Flor señala el techo.
–Me entero todo a último momento, me encanta.
–Sofi se fue al rato que te fuiste vos con Rama...
–Ay mi gorda, la rompió —me tocó el pecho.
–Y si corazón, el pibe es enorme y Sofi un palito con tetas y un tremendo toto... la rompió —asiente Azul—. Pedro con vos.
–A diferencia que yo mido 1.60 y soy un palo.
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prohibida ↪ Pedro de la Vega
FanfictionUna vez más hizo la gran Mauro Icardi, y le robó la novia a su amigo.