53

1.7K 108 21
                                    

12/02/2019

Hoy tenemos entrenamiento en la tarde en hockey y yo tengo planeado quedarme acostada todo hasta la hora en la que tenga que irme sin hacer absolutamente nada. Y como Toto y Gastón, Lucas, Santi entrenan y Sofi debe andar por ahí estoy sola.

A eso de las doce me llega un mensaje de Tomás ysi quién más va ser si no es el pesado, no quiero abrirlo porque seguro el pendejo quiere que lo vaya a buscar o quiere hacer algo y 0 ganas. Pero al final lo abro porque lo amo.

Toto💕

Tenemos que hablaaaar
12:31 pm

No quiero hablar quiero dormir
12:31 pm

Venime a buscar daleeee
12:31 pm

Tomás vos te tenés que quedar ahí adentro hasta la tarde
12:32 pm

Posta que me dejaron salir, vení antes de que Gastón se entere y me cagué a cachetazos porque a él no lo dejaron xd
12:32 pm

Ya voy hermosoooo
12:33 pm

Es mentira lo de hermoso igual, no te la creas
12:33 pm

Vamos a comer fea?
12:33 pm

Si amigo
12:33 pm

Me visto masomenos bien y agarro las llaves del auto para ir a buscar al pesadito. Al llegar al club, pongo el carnet y entro, manejo hasta donde supongo que tiene que salir y estaciono ahí.

–Te odio —Gastón mira mal a su mejor amigo.

–Que bombón lindo que sos —lo miro sonriendo.

–A vos también te odio pero te doy un beso porque después te extraño.

–Ay que pelotudo —lo miro riendo.

–Vamos amiga, yo que si puedo salir —Toto entra al auto.

–De ahora en más Pedro pasa a ser mi mejor amigo uno, Lucas el dos, Santi el tres y vos el cuarto.

Luego de eso, arrancó y salimos del club para ir a comer a algún lado.

–¿Cual es la más grande? —Toto mira a la chica que anota los pedidos en Mostaza—, bueno no importa cual es, quiero esa con papás y todo grande.

–Yo una doble mega pampa —la miro—, y todo mediano.

Cuando nos entregan todo, lo agarramos y volvemos al auto para que yo maneje hasta el departamento en el que no hay nadie.

Cuando terminamos de comer, levanto todo y Tomás el estúpida barre porque hizo un desastre cuando me empezó a tirar papas fritas.

–¿Qué pasa con Pedro? —lo miro mientras seco los vasos y los dejo ahí porque no llego a la alacena—. Gorda, sos mi mejor amiga y sabés que podés confiar en mí y decirme lo que quieras.

–No le digas —lo señalo.

–¿Cómo le voy a decir? —me mira.

–Te juro que lo quiero pero no es lo mismo, no se porque pero ya no genera ese amor en mi como lo hacía hace un año ponele —miro a mi mejor amigo—. Daría todo para que él sea feliz pero su felicidad se que está conmigo y la mía no, lo amo pero ya no como antes y no como pareja... Lo amo porque creo que nunca alguien va encontrar alguien como él... alguien que ame a una persona como él lo hace conmigo... él hace hasta lo imposible para que yo esté bien y eso no se lo voy a poder devolver nunca y nunca me voy a olvidar... lo amo por toda la historia que tenemos, pero no siento que tengamos que estar juntos porque no quiero crearle falsas emociones al decirle que lo amo o que vamos a estar juntos para siempre.

Suspiro y cierro los ojos los cuales están llorosos y Toto viene abrazarme fuerte.

Un abrazo de él puede hacer que todo sea un poco mejor, abracen a la persona que amén, no importa quien sea, y van a ver qué es como si todas tus partes rotas se unieran de nuevo.

Luego de unos segundos me suelta y vuelve a sentarse en la silla de la mesa mientras que yo estoy sentada sobre la mesada.

–Y siento que con Pedro es diferente y que no es un capricho de unos días, porque en cinco años de relación te juro que no mire a nadie más que a la persona que tenía al lado... pero por alguna razón a Pedro si y no se porque llegó para descompaginar toda mi vida y mi relación.

–No te eches toda la culpa a vos...

–Y si yo soy la que está cagando todo.

–Dejame terminar —me mira—, porque estoy demasiado seguro que vos sola no tenes la culpa.

–¿Qué?

–¿Viste el día en el que nos dormimos juntos de la nada en el sillón y ni comimos? —asiento—. Bueno, tipo antes de eso yo había entrado a tu habitación porque vos me habías dicho que desbloquee tu celular para ver de quién era la llamada que llegó, agarré el de Gastón pensando que era el tuyo... porque a ustedes solos se les ocurre tener el mismo celular con la misma funda...

–Tarado, conta todo de una —lo miro.

–Bueno, lo agarré pensando que era el tuyo y le puse mi huella para que se desbloquee y obviamente no se desbloqueo porque era el de Gastón...

El estúpida le da suspenso a la historia, dos minutos y si esto no termina no respondo de mi y lo mato.

Otra cosa, Tomás si puede desbloquear mi celular con su huella porque está programado así.

–Se prendió la pantalla y había un mensaje de una piba que no conozco que decía que vos no tenías porque enterarte de lo que había pasado la noche anterior... ¿Y que hicimos la noche anterior? —me mira alzando las cejas.

–Fuimos a Pueblo...

Cosa que me arrepiento de ir 24/7 a ese horrible lugar, dios nunca más. Mientras yo estaba ahí sacaban a una piba violada, asco de personas.

–Y Gastón desapareció toda la noche casi —se encoje de hombros—. Deje el celular de él y agarré el tuyo, pase por mi habitación con los demás y Gato con Lucas y Pedro... él dijo que vos no te merecías eso pero pasó y no siente tanta culpa como debería sentirla.

Like y me suicido.

–Despues no escuché más nada porque Sofi subió y me la llevé porque escuchaba eso y lo mataba maso.

No digo nada y miro el suelo para luego acomodarme el pelo.

–¿Vos no me estás diciendo esto como para que yo no me sienta tan culpable?

–No gorda, como lo voy a inventar —niega con la cabeza.

–La concha de mi hermana —me tapo la cara.

Y bueno, todo vuelve querida y a vos te está volviendo y pegando donde más te duele. Te están dando un poco de lo que vos diste.

–No le digas nada —Toto me mira.

–Encima no se siente tan culpable ¿Entendes? O sea, yo hago todo lo que hago pero siento una culpa inmensa y él no —camino a mi habitación—. Si hay algo más que sepas que él haya hecho en estos cinco años decimelo, por favor.

–No creo, estas cosas a mi obviamente no me las cuenta porque sabe que vos estás primera en mi lista y si hace algo así te lo voy a decir —me señala—. Pero si lo hizo me hubiese dado cuenta o enterado porque es tan tarado el pobre que no sabe esconder nada.

No le contesto y comienzo hacer mi bolso para irme a entrenar. Resulte siendo no tan hija de puta como creía y él no tan angel como esperaba.

Y aunque no esté confirmado al 100 ese mensaje de otra forma no se puede interpretar y menos sus palabras.

Y bueno, Gastón te vas a tener que bancar unos días sin mi a ver si no me extrañas aunque sea un poco y empezas a sentir culpa.

prohibida ↪ Pedro de la VegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora