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Me despierto por el insoportable sonido de mi celular, dios quién será la persona pesada. Lo agarró y miro, y si quién más que Sofía.

–Son las once hermana, ayer entrene hasta tarde —hablo.

–Quedamos en ir a almorzar nena —habla Sofi.

–¿Posta? —me siento en la cama—, perdón amiga.

–No importa, ¿Pasas o paso yo?

–Nono, paso yo —asiento lentamente.

–Dale, apúrate y no te vuelvas a dormir pelotuda.

Saludo y cortó, me levanto para ir hacer lo mismo de siempre al baño y luego salir al comedor.

–Ay hija, ¿Qué te pasó? —mamá me mira.

–Dormí con todo el pelo mojado —alzo a mi hermanita—. ¿Donde se van?

–A comer con unas amigas al club y después a la pileta, ¿Querés venir?

–No, voy a comer con Sofi —niego con la cabeza—. ¿Querés que te lleve?

–Si, no quiero sacar el auto.

Voy a mi habitación y me peino para luego plancharme el pelo y maquillarme un poco, busco ropa y me pongo algo liviano porque hace demasiado calor.

Agarro plata y mi celular para bajar a buscar el auto.

–Tengo que ir a buscar a Sofi, ¿Te llevo primero o qué?

–Vamos a buscarla que es temprano.

Y como ella dice, primero vamos a buscar a Sofi en el departamento en el que vive con el pesado ahre con Toto y sus papás.

Las tres subimos y esperamos a que Sofía se termine de cambiar, yo miro el celular y mamá habla con la mamá de ella.

Toto aparece sin remera con cara de dormido en el living, saluda a todas y se acuesta encima de mi.

–¿Pedro te dijo que si? —pregunta con su cabeza en mis piernas.

–Si —asiento—, era obvio.

–¿Sabes quién? —niego y comienzo hacerle mimos en el pelo—, una re fea seguro ahre malo.

–Ay Toto —lo miro riendo—, que haga lo que quiera.

–¿Van a cortar?

–Tenemos que hablar, hace banda que ni nos vemos.

–Antes no se veían un día y ya andaban extrañandose —dice y se queda en silencio—. ¿Y vos qué haces acá?

–Vamos a ir a comer con Sofi...

–Y no me invitan pendejas de mierda —me mira mal.

–¿Querés ir?

–Ahora no, ya hice planes con otra.

–Si vos tenés planes con una mina re encierro y no salís...

–Mentira, ni bola me dan las pibas —le apreto los cachetes, amo hacerle eso—. Vamos a comer con Gato.

Seguimos hablando hasta que Sofi termina de prepararse y nos vamos. Primero dejamos a mi mamá y luego vamos almorzar.

[...]

Luego de almorzar y dar unas vueltas, vamos a casa para agarrar ropa que me voy a poner hoy, aunque llevo mil conjuntos lit, luego entro a bañarme y me cambio re crota, total vamos a la casa de Sofi y ahí me voy a cambiar.

prohibida ↪ Pedro de la VegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora