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Es viernes y apenas salgo del vestuario ya cambiada, me cuelgo el bolso y me pongo el gorro de la campera inflable. Lindo sería que me enferme ahora por andar como si nada con el pelo mojado en invierno.

Apenas llego a casa, pongo todo a lavar y voy a saludar a mi mamá.

–Hoy a la noche vienen los chicos a comer —habla mamá—. Y acordate que mañana tenemos el cumple de la mamá de Lucas.

–Los chicos son como tus hijos que los invitas mamá.

–Tenes como diez hermanos, acordate... ¿Pedro?

–Creo que después del entrenamiento viene.

Almorzamos juntas, ya que mi hermana está de excursión con el colegio, y luego miramos una película.

Cuando Pedro llega, subimos al departamento y él saluda a mi mamá.

–Me tenés que ir a buscar un conjunto para tu hermana —mamá me señala.

–¿A donde?

–A la estación de Banfield.

–No sé dónde queda la estación de Banfield.

–¿Cómo no vas a saber dónde queda la estación de Banfield? —Pedro me mira.

–Que se yo boludo.

–Es ir a buscar el conjunto o ir a buscarla.

–La voy a buscar...

–Pobrecita esa nena —Pedro mira el celular—, yo te acompaño igual.

–Si, mejor...

–Gracias por tu confianza la verdad —miro a mi mamá.

–Comprale algo para que coma porque ya es tarde...

–La gorda me come a mi si no le compro algo.

Nuestra tarde se basa en hacer: nada. Que hermosa que es nuestra relación con Pedro, hasta un animal hace más que nosotros.

Al llegar al colegio de mi hermana, comienzan a salir todos los cursos y mi hermana ultima.

Cuando la veo con su profesora, levanto la mano, ella le besa la frente y Ámbar viene hacía mi.

–Hola mi amor —le beso la frente.

–Hola —me sonríe y saluda a Pedro.

–¿Cómo la pasaste? —Pedro le agarra la mochila.

–Bien —sonríe—, tengo hambre...

–Ahora compramos algo —la miro.

Una chica viene y mira a mi hermana sonriendo, luego me saluda a mi y a Pedro. La nena a su lado me mira fijo.

–Necesito tu número para el grupo de las nenas de hockey...

–Te paso el de mi mamá.

–Ay pensé que eran los padres —nos señala a Pedro y a mi—. Son muy nenes para ser padres igual.

–No —la miro riendo.

–¿Me sacas una foto con ellos? —la nena mira a su mamá.

Nos sacamos la foto con la nena y después le paso el número de mi mamá, la saludo y nos vamos.

–Me encanta que nos haya dicho que somos muy nenes —Pedro ríe.

–Y con tu cara de bebé obviamente va a decir eso.

–Y con tu altura también.

Se que odia que le diga que tiene cara de bebé asi que lo hago.

–¿Que querés merendar? —le pregunto a mi hermana apenas subimos al auto.

prohibida ↪ Pedro de la VegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora