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Los chicos terminan de jugar y llegan a la quinta, amo porque están re arriba, yo termino de jugar un partido y me duermo un día entero maso ahre que me dicen joda y estoy como nueva.

Toto apenas llega agarra el vaso y se tira a la pileta, igual lo que sea que me pase con él no se fue y no se hasta que deje a la piba con la que ésta, porque les juego lo que quieran que es alta tóxica de mierda y en breve empieza a separarlo de todos.

Todos están jugando a la pelota, salvó Gastón y yo, él acostado en el pasto y yo sentada a su lado.

–¿Vos te das cuenta como lo miras? —habla Gastón y lo miro.

–¿A quién?

–A Pedro... —lo miro y niego con la cabeza—. Real que te brillan los ojos, la sonrisa que tenés cuando lo ves y se nota que lo querés...

No digo nada porque ni siquiera sé que decir, o sea mi ex me está diciendo esto ¿Que se supone que tengo que hacer?

–Y ahora lo entiendo, fue lo mejor que pudo pasar que nos separaramos... vos tenías que ser feliz —lo miro con una mini sonrisa—, y yo no podía estar con alguien que no podía dar el 100 en la relación... Ojalá seas muy feliz con él, posta... pero a la primera que te vea mal le rompo la cara de nene que tiene.

–¿Nunca vas a dejar de ser tan bueno vos? —lo miro sonriendo.

—¿Cómo voy a ser un forro con vos? Ni en pedo.

No digo nada, le sonrío y vuelvo a mirar a los chicos que están jugando.

Cuando todos se van adentro a dormir, cierro el ventanal y le pongo llave a todo para luego subir a las habitaciones porque muero de sueño. En la habitación que se supone que tengo que dormir yo, porque es mía, Tomás está tirado como una morza con una pierna encima de las piernas de Gastón, todo muy raro. En el piso con un colchón está Lucas y Juli, y en el otro colchón Santi y Pedro ¿Qué? Seguro pensaban que iba a dormir con Pedro na sigan soñando aunque quizás si iba a dormir con él pero se durmió con Santi.

Ni siquiera sé porque hay gente durmiendo en el piso sí hay habitaciones de más.

Voy a la otra habitación y me encuentro con Sofía, Flor y Azul en bikini durmiendo como una encima de la otra quesesto, y en el colchón del piso Mateo. Me tiró al lado de éste nenito y agarro un acolchado para los dos. Ya fue gente.

[...]

Apenas me levanto, veo a mi acompañante todavía durmiendo y las otras tres no están. Voy al baño a hacer la rutina de siempre y ponerme la bikini, luego bajo a la cocina.

–Agustina me muero de claustrofobia acá encerrado —Lucas me mira.

–Desde los seis años venís acá y no sabes cómo se abre una puerta —lo miro y comienzo abrir todo.

–Rubio tarado —Santi lo mira.

–Envidia porque sos negro.

Luego de abrir todo y apagar el aire, nos sentamos todos a desayunar aunque ya son como las doce.

–Mira quién viene —Toto mira a Mateo—, vos pendejito boludito.

–Tan boludo no es, durmió en la habitación de las pibas con Acu al lado —habla Pedro.

–Yo me acosté y después vinieron ellas —se defiende.

–Entre y estas tres morzas durmiendo juntas en bikini, un desastre —señalo a las tres chicas—, en el piso Mateo cagado de frio...

prohibida ↪ Pedro de la VegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora