prohibida ↪ Pedro de la Vega

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Terminamos de entrenar y vamos todos al vestuario, a ducharnos y demás. Cuando ya me estoy vistiendo para ir a mi casa, Toto se comienza hablar con Pedro y no se que mierda le dice ni me interesa hasta que nombra a Agustina.

–¿A qué hora salen Acu y Azu? —lo mira.

–Entrena hasta tarde, Acu tiene el auto igual y seguro se van juntas.

Esa misma conversación la tenía yo con Tomás, ahora todo cambió.

Le resto importancia a su conversación y termino de vestirme, saludo a todo el plantel, incluyendo a Pedro, y con Toto salimos juntos.

Nos despedimos y subo al auto, voy a la casa de mi mamá porque no tengo nada mejor que hacer.

Dato sin importancia: mi cara de culo es enorme.

Al llegar a la casa de mi familia, estaciono y entro, saludo a todos y me siento en la mesa a tomar mates.

–¿Acu? —mamá me mira.

Ese nombre y esa pregunta, la que no quería que llegue pero era obvio que iba a estar en algún momento. Días que no viene y eso ya es raro, ya que antes veníamos dos o tres veces por semana aunque sea unos minutos.

–¿No te enteraste? —Juli mira a nuestra mamá.

–¿De qué? —Lucia lo mira.

–Ah, vos te pasas —me mira.

–¿Que se supone que tenemos que saber? —mamá me mira.

–Agustina y yo no estamos más juntos —suelto.

–¿Qué? ¿Por qué? —mi hermana me mira.

Mi hermano está a punto de hablar y yo lo pateo. Pendejo del orto cuenta algo y lo mato.

–Por que ya no es lo mismo, que se yo —me encojo de hombros. No sé qué decir.

–¿Vos estás seguro que es definitivo?

–Estuvimos cinco años juntos, no nos separamos ni una vez... nos separamos ahora y obviamente es definitivo mamá.

–¿Hace cuánto? —papá me mira.

–Una semana...

–Y si yo no te preguntaba no nos decías Gastón, sos increíble...

–Mamá, ¿Vos pensas que al toque de que nos separaramos iba venir a contarte? —la miro—. Ni siquiera yo lo dimensiono y querés que ya lo cuente, para... ni yo me acostumbro a esto y como querés que venga de la mejor manera a decírtelo.

–Tampoco te hagas la víctima hermano, bastante pelotudo fuiste en los últimos meses —mi hermano me mira.

–¿Y qué mierda te importa a vos?

–Bajen un cambio —habla mi mamá.

–Agustina importa nene, ella también la está pasando mal no sos solo vos.

–Tan mal no la debe estar pasando con el otro pendejo.

–Agradecele al otro que estuvo con ella mientras vos andabas con Victoria y todas esas minas —me mira—. Y no se, fíjate porque ahora es él el que está al lado de ella y no vos.

Todos nos quedamos en silencio, supongo que están procesando todo. Ni siquiera me importa lo que están pensando o sintiendo, Agustina y yo la estamos pasando peor con ésto.

Agarro el celular y veo el grupo de WhatsApp con Lucas, Toto, Agustina, Azul y demás. El mensaje de las dos de que llegaron está así que guardo el celular nuevamente. Lo único que me interesaba ver era eso.

El día que yo tenga que traer a otra chica a ésta casa no se que va pasar, lo que le va costar a ésta gente aceptarla a ella y aceptar que no es Acu y que ella no va volver más es increíble.