prohibida ↪ Pedro de la Vega

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Todos los chicos ya se están yendo del vestuario, solo quedamos Pedro y yo; mi socio.

–¿Podemos hablar? —habla Pedro.

–¿De qué querés hablar? —me siento en el banco.

–Sabes muy bien de lo que quiero hablar.

–Te coges a mi ex novia y también lo hacías cuando estaba conmigo hermano, más no hay para decir —lo miro—. Me duele que me lo hayas hecho vos porque sos como mi hermano, pero más me duele que me lo haya hecho ella y no tenga los ovarios para primero venir a cortarme.

–Lo iba hacer, pero primero...

–La conozco y no lo iba hacer, iba esperar hasta que me enteré por otra persona y Victoria solo lo adelantó —me vuelvo a levantar y me pongo la remera—. Con vos todo bien igual, vamos a seguir hablando y que se yo... pero lo que me hizo ella no lo voy a olvidar nunca porque me hizo mierda y...

–No defiendas a la pendeja que siempre quiso que ustedes dos se separaran y está contando los días para que le des bola.

–No le voy a dar bola Pedro, por dios —lo miro—. Acabo de cortar una relación de años.

–Acordate que cuando ni habías cortado la relación ya estabas con otra.

Me mira, desde cuando el nene bueno salta de esta manera.

–Acordate que no sos un santo Gatito, la cagaste y de eso no me olvido —me señala.

–Pero yo no la cagué con su mejor amiga, Pedro.

–¿Y que tiene que ver Gastón? La cagaste con quien sea pero la cagaste, no pongas excusas —me mira—. Y tampoco te hagas la víctima cuando no lo sos, los dos se cuernearon y los dos tienen la culpa...

Agarra lo suyo y sale del vestuario, termino de vestirme y soy el último en salir.

Agustina Habif

Mi mamá llega a casa cuando yo termino de bañarme, la ayudo a ordenar lo que compro y me sirvo cereales con yogurt para merendar.

–¿Concentras mañana viernes?

–No —niego con la cabeza—, con el rendimiento que tengo mira si me van a citar.

–¿Haces algo? —me mira—, con tu tía nos vamos a Nordelta por si querés venir con Sofi o alguna...

–Capas vaya a la casa de Lucas que hace algo... no sé.

–Mejor, anda con los chicos —asiente.

–Ahora me dijo que viene.

–Bueno... yo ya hablé con Sofi —la miro—, me dijo que si que no había problema y empieza el lunes.

–No me dijo nada la boluda...

Cuando Lucas me avisa que está abajo, bajo abrirle la puerta y subimos nuevamente. Me encanta porque mi casa es la casa del pueblo.

–Sali de entrenar lo siento —se tira en mi cama—. Supongo que mañana vas.

–Capas si...

–No, Acu, ya le dijiste a mi hermano que ibas —me mira—, lo tuve que encerrar para que no venga.

–Corazón, a tu hermano lo puedo ir a ver sin necesidad de ir a esa joda donde van a estar todos...

–Vos no podés dejar de ir a tal lado porque van ciertas personas —niega con la cabeza—. Ni aunque vaya Victoria ni Gastón... El pibe tiene que verte bien gorda, no del orto cómo estás.

–Gracias por decirme que estoy matada.

–Nunca dije eso —me tira una almohada riendo—. Pero tenés que ir o le digo a Toto que se te instale acá y hasta que no vayas él no se va.

–Vos me llegas a instalar a Toto acá y yo te mato, Lucas.

–Lastima porque lo voy hacer, aparte va Pedro... todos van a estar.

–Traicionaste a tu amigo casi novio Gastón.

–Primero te conocí a vos, Gastón vino desoues y no tengo nada en contra de Pedro porque no es algo que me incluya a mi, a Santi, Bruno ni a nadie... igual Pedro no se metió porque si, vos le diste permiso así que si debería enojarme con alguien sería con vos porque vos lo hiciste —me mira—. Aunque no puedo enojarme con vos porque te amo pendeja de mierda.

–Si, mucho amor pero bien que cuando te enteraste que Gastón estuvo con otra ni me dijiste —lo señalo.

–¿Cómo mierda sabes?

–Esa casa tenía ojos hermano, me entero de todo.

–Y si tenía ojos seguro se enteró que Pedro y vos estuvieron juntos ese día que todos fuimos a la playa y ustedes no.

–Callate.

Igual la estoy pensando y quizás si vale la pena ir, primero porque me olvidó de todo un poco y segundo porque va estar Victoria y las ganas de matarla son miles.