XXVIII: Gracias

1.5K 80 39
                                    

Agustin

—Hola —le respondió a Jenny y se acercó a saludarla— no sabía que estabas, vengo después

—No, quedate, yo ya me iba, después de los mates —le sonrió y parecía que estaba tratando de ser simpática sinceramente

Ángela se sentó, y se notaban las pocas ganas de quedarse que tenía, pero ya no podía escapar de la situación, y yo tampoco.
Empecé a pasar el mate y permanecíamos en silencio.
Hasta que Jenny se animó a romperlo.

—¿Y qué onda las clases de baile? a mi me hubiera gustado quedar —apoyó su cabeza en su mano con una expresión de tristeza

—Geniales —le respondió Ange— no pensé que me iba a gustar tanto, y a Agus también

—¿Quien te dijo eso? —la interrumpí yo— prácticamente me obligó

—Si, pero después te gustó ¿o no? —me preguntó cómo ilusionada en escuchar un "si" como respuesta

—Ponele —respondí no muy convencido— lo mío es cantar

—Vamos a cantar un temazo —le dijo Jenny a Ángela, hablando de la canción que íbamos a presentar juntos para el taller

—¿Cual? —le preguntó Ange sin demostrar muchas ganas de saberlo

—Decidimos que va a ser sorpresa —le respondió y por su cara no pareció gustarle mucho— bueno chicos, yo ya me voy porque no estoy en mi casa desde ayer

—Te llevo —le dije porque habíamos quedado en eso, y me levanté de mi silla

—No hace falta, me tomo un remis —ella siempre tan buena, estaba empezando a quererla más a cada segundo que pasaba

—Quedé en que te llevaba, te llevo —insistí y le hice un gesto para que me siguiera— ¿me esperas? —le pregunté a Ange que parecía estar por pararse

Asintió sin más, así que salí.

—Me tomo un uber en serio mira, ya lo pedí —me dijo Jenny cuando llegamos a la vereda

—Como sos eh —me quejé revoleando los ojos— gracias

—¿Por qué? —me preguntó extrañada

—Por todo, y por acompañarme anoche obvio —la abracé y así nos quedamos hasta que llegó el auto

La saludé y una vez que la vi alejarse, volví hacia la puerta. Por la ventana pude ver que Ángela miraba hacia afuera, en mi dirección.

—¿Se están llevando muy bien no? —me preguntó ni bien entré, y pude notar ironía en su tono

—Muy —respondí bastante seguro— gracias por decirle lo de la banda, la pasamos muy bien

—¿Decirle que? —se hizo la desentendida

—Me contó que te preguntó y vos le diste esta idea —su expresión primero fue de desconcierto, pero al instante asintió

—De nada —me dijo y se levantó

—¿A donde vas? —le pregunté automáticamente

—Me voy a sentar en el sillón porque estoy cansada —me dijo mientras caminaba hacia ahí y se tiraba de un salto

—¿Sentar le llamas a eso? —la burle al verla acostada como si se fuera a dormir— haceme un lugar —le pedí y se corrió a penas, dejándome un lugar para sentarme a sus pies— ¿me querías decir algo? —le pregunté directamente

—No —balbuceó, estaba abrazada al almohadón y con los ojos cerrados

—¿Y por qué viniste?

Nuestros silencios - ANGESTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora