Nuestros silencios - ANGESTIN

XV: Nada es lo que parece

Agustin

—¿Y eso? —le pregunté riendo tímidamente

—Un beso —me dijo ella como si fuera una obviedad

—No me lo esperaba —fui sincero, porque me increpó, de un segundo a otro mientras estábamos estudiando

—Perdón —me dijo y la noté por primera vez avergonzada

—No, no pasa nada —le respondí volviendo mi mirada a los libros, tratando de buscar algo para cambiar de tema

Cuando se fue me sentí aliviado. No sabía como manejar la situación después del beso. Me parecía una chica hermosa pero en ese momento no me sentía con ganas de estar con nadie, ni aunque fuera algo de solo una vez. Y me di cuenta que ella se sintió rechazada, lo cual también me dejó mal.
Esa noche no bajé a comer ni volví a tocar el celular, me dormí y recién volví a tener contacto con el mundo al otro día.
Me bañé y bajé a desayunar.

—¿Y Sol? —le pregunté a mi mamá

—Salió con otras amigas, vuelve a la tarde —me respondió mientras me pasaba un mate

Lo tomé y agarré el celular que había bajado para revisar las notificaciones que tenía acumuladas desde la tarde de ayer, y las redes. Estaba por entrar a whatsapp, cuando mi mamá me pidió ayuda con algo de la casa, ya que hoy Paula tenía franco.
Terminé y subí a mi habitación a seguir estudiando. Una hora habré aguantado, antes de instalarme en la computadora a jugar al fornite, y así lo tiempo fue pasando.

—Holanda —dijo Sol entrando a mi habitación— ¿como va?

—Hola hermanita querida, al fin apareces —puse pausa al juego y la miré

—Igual ya me estoy por ir otra vez —sonrió haciéndose la linda

—Apa, como estamos de solicitadas

—Estoy viendo a todas mis amigas que tenia abandonadas por acá... pero primero, quería pasar a preguntarte qué hablaste con Ange ayer, porque a mi no me contesto más, la voy a cagar a palos cuando la agarre —se quejó

—Nada, si te contamos que no hablamos nada y después se fue, vos estabas cuando se fue —le recordé

—Si, después de jugar a la play si, yo hablo después, cuando volvió —sonrió triunfante y yo la miré extrañado

—¿Como cuando volvió? acá no volvió, por lo menos no conmigo —miré hacia un costado tratando de pensar qué estaba pasando

—¿Me estas jodiendo? la vi, yo estaba volviendo y ella saliendo por la puerta principal

—¿Qué hora era? —pregunté desesperado porque empezaba a atar cabos poco a poco

—Ay no sé Agustin, a la tarde, que se yo, tipo cinco o seis...

—Decime que no —exclamé al darme cuenta lo que podría haber pasado

—¿Qué no que? —preguntó con expresión de no entender nada

—Yo estaba con Yenny, vos no la viste porque te metiste a bañar y ella se fue al toque —su cara empezó a transformarse y pasó de diversión a susto— y si Angela vino y se fue es porque me estaba buscando y

—¡Te vio con ella! —completó la frase tapándose la boca— y decime que no estaban haciendo nada —entrecerré los ojos como cuando te están por pegar y ella me fulminó con la mirada— ¡Agustin! —me retó

—Ella me besó, yo te juro en serio, en serio —repetí— que no quería, si quisiera besarla ya lo hubiera hecho hace mil... igual para, no creo que justo haya llegado en ese momento, seguro nos vio juntos estudiando y como no se la banca prefirió irse