XXXI: Sorpresa

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Ángela

—¿Quien es Camila? —pregunté disgustada

—Me parece que es la rubia que pasó última —me respondió Agustin— si mira, es esa —justo subía al escenario

—Ah como la habías fichado eh —me crucé de brazos, en ese momento cualquier cosa podía caerme mal

—¿Qué decis tonta? es porque pasó última, recién, que me acuerdo —se justificó

Iba a responderle, pero justo el profesor pidió silencio. Me sorprendí un poco al escuchar que iba a llamar a alguien más, porque había sido una votación dividida. Pero ya no me salía ilusionarme.

—Ange, te nombró —Agustín me movió porque yo me había quedado helada— anda —tímidamente subí al escenario, generalmente me hacía la que me llevaba el mundo por delante, pero en el fondo era frágil y estos momentos me llenaban de nervios e inseguridades

Pero estaba feliz.

Nos dijeron que con nuestro desempeño la próxima semana, iban a terminar de decidir. Así que teníamos que dar lo mejor de cada una. A la otra chica nunca la había visto, lo cual me parecía extraño, hasta que escuché que decía que estaba ingresando este año a la carrera, y ahí entendí. Las pocas palabras que cruzamos fueron amables, así que a pesar de estar compitiendo con ella, me caía bien. Por lo menos por ahora.
Se estaba haciendo tarde así que aceleraron la selección de los demás personajes. Tomaron todos los castings y avisaron que las asignaciones iban a llegar por mail, porque si se ponían a deliberar en el momento no nos íbamos más.

—Son las siete —me dijo Agustin con una expresión en la que podía leer "me dijiste dos horas"

—Se alargó un poquito por ser la primera clase —sonreí inocente— pero ¿no me vas a decir que no estuvo bueno? —llegamos a la vereda y me dio la mano

—No estuvo taaan mal —me respondió mientras miraba los autos estacionados para ver cual era el que pasaba por nosotros

—¿Podemos volver entonces? —le pregunté con una voz esperanzada y mis ojos que le pedían por favor

—¿No podes hacer nada sola? —negué con la cabeza y él se rió— igual si, quiero volver, no me voy a perder de verte siendo Julieta —me agarró del mentón y me dio un beso, ahí donde estábamos, justo en frente de la puerta principal; me sorprendió porque todavía no me acostumbraba a poder actuar con tanta naturalidad— es ese el auto —me dijo cuando lo vio y nos dirigimos a el

—Me están diciendo las chicas que quieren que salgamos hoy, bah —volví a leer— que salimos hoy —era casi una orden, porque no coordinábamos hacía bastante

—Sabes que a mí me están diciendo lo mismo los chicos... —nos miramos con una expresión de tristeza y al instante nos estábamos riendo

—No puede ser que seamos así —lo abracé y él buscó mi cara para darme un beso

—Pero somos así, queremos estar todo el tiempo juntos —me dijo y asentí mientras lo miraba haciéndole puchero— no me pongas esa carita porque estamos en un auto —me susurró y no pude evitar reír— que no es mío y no me puedo controlar —agregó y nos terminamos riendo

—¿A donde van a ir ustedes? —le pregunté curiosa

—Ni idea, no saben todavía, están discutiendo eso, ya sabes como son...

—Peor que nosotras loco —él asintió porque sabía que tenía razón

El auto iba a pasar primero por mi casa, porque tenía que volver en algún momento, y también prepararme para salir. Nos dimos muchos besos de despedida en las últimas cuadras, hasta que llegué y bajé rápidamente o no nos separábamos más.
Desde la vereda vi que me seguía mirando hasta ultimo momento, y no pude evitar reírme de lo tontos que éramos, parecíamos de 15 años.

Nuestros silencios - ANGESTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora