XLVI: Padrinos

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Agustín

—Primero, vinieron mis hermanas, y segundo, a la noche nos juntamos en la casa de Andy

—¿Y esa cara de preocupación por cuál de las dos cosas es? —me preguntó Angela sin sacar la mirada de la revista, por lo que no sé cómo me estaba viendo

—Por las dos —me senté a su lado en la cama, la abracé y empecé a chusmear que estaba leyendo— ¿queres saber por qué están discutiendo las chicas abajo? —me miró automáticamente con expresión de sorpresa, sabía que ellas no solían pelearse— por quien va a ser la madrina

—¿No les dijiste que va a ser Minerva?

—Anda a decirles vos

—Ah, sos un cagón —se levantó y se empezó a poner las zapatillas

—Vos elegiste a Minerva así que ahora mis hermanas son tu problema —me acosté en la cama y agarré la revista, el titulo de la página decía "el parto y los primeros días del bebé", sonreí

—Te odio —abrió la puerta y antes de salir me miró— ¿y con lo de Andy cual es el problema?

—Que no te quiero dejar sola y me imagino que vos no vas a querer venir —pensé— así que bueno, igual no importa, no voy a ir

—Ay Agustin, ya hablamos de esto, no estoy enferma, y acá hay mucha gente que me cuida —seguí leyendo ignorando lo que me decía— ¿me estas escuchando? a parte se van a quedar tus hermanas ¿o no? —eso no lo había pensado y tenía razón

—Eso es verdad... bueno, capaz si, después veo, igual falta —la vi revolear los ojos y salió

Un rato después decidí bajar para unirme a los mates con mis hermanas, que también hacía un montón que no las veía.

—A veces estoy como de mal humor y no quiero que me estén encima y quizás a los cinco minutos Agustin se mueve dos pasos y ya le estoy pidiendo que vuelva, básicamente estoy insoportable, no sé cómo su hermano me banca todavía —decía Ángela y mis hermanas reían

—Porque te amo —respondí yo mientras terminaba de bajar las escaleras, y Sol y Lula se unieron en su típico "awww"— y además la conozco y estoy acostumbrado, era así siempre, imagínense embarazada —Ángela entrecerró sus ojos y se cruzó de brazos

—Escuchame ¿a vos te parece esto de que Minerva sea la madrina? ¿quien es Minerva? —exclamó Sol indignada

—No sé, no lo veo algo tan importante —me rascaba la cabeza de los nervios y todas ellas lo podían descrifrar porque me conocían más que nadie

—Excusas excusas —agregó Lula

—Ustedes son más importantes porque son las tías —dijo Angela y suspiré porque me pareció la mejor respuesta que no se me estaba ocurriendo a mi— ya hay un lazo de sangre que no lo supera nadie ¿no? —llevó ambas manos a su panza como si le preguntara a la bebé, últimamente hacía mucho eso y yo moría de ternura

—Si, eso es verdad —Sol se estaba convenciendo— ¿puedo? —le pedía permiso para tocar la panza

—Obvio —le respondió Angela con una sonrisa y sacó sus manos para dejar lugar a las de ella, mientras Lula sacaba su celular para grabar

—Me voy a poner a llorar —avisó y así fue, no solo ella sino las dos en menos de un minuto

—No puedo creer que vos no estés llorando —le dije a Ángela y ella me miró entrecerrando los ojos

—No me hagas quedar como que me la paso llorando —me respondió a la defensiva— ya lloré bastante hoy leyendo las revistas que compré —todos nos reímos porque terminó dándome la razón

Nuestros silencios - ANGESTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora