Nuestros silencios - ANGESTIN

XXXVIII: Distancia no

Ángela

—Ah ¿no está? —mi voz sonó decepcionada

—No, está en lo de Andy, que raro que no te dijo, ¿pasó algo? —me preguntó Lulú con expresión de desconcierto

—Nono nada, todo bien —respondí no muy segura— le escribí pero seguro no agarro el celular todavía, deben seguir durmiendo —reí nerviosa, eran las once de la mañana pasadas, y realmente podía ser— bueno, gracias tía, me voy que quedé en almorzar con Mine —la saludé y me fui

Habíamos quedado con mi amiga a las 12:30, pero yo salí un rato antes de casa esperando verlo un rato. Desde que salí anoche con mi compañero, no me había vuelto a responder, y como no estaba seguro que haría cuando se fue de mi casa, yo no sabía dónde andaba.

—¿Hace mucho esperas? —me dijo Mine al verme sentada en la mesa más alejada del bar, con la mirada perdida

—Como una hora —me reí y una sincera sonrisa se dibujó en mi rostro, verla me había cambiado el humor— te extrañaba —me paré y la abracé, por suerte ella me devolvió el abrazo

—¿Por? ¿no habíamos quedado 12:30? —me preguntó, extrañada

—Si —nos sentamos— pero salí de casa un rato antes —me rascaba la cabeza y por su mirada, percibí que se dio cuenta que algo pasaba, y si, era de las personas que más me conocía

—¿Por...? —hizo una pausa y me miró esperando una respuesta

—No hablemos de mi —me acomodé más derecha fingiendo que todo estaba perfecto— hablemos de vos, ¿como van tus cosas? 

—Ángela, decime ya qué pasó —se cruzó de brazos y supe que ya no podía zafar

—Nada, exagerada —la reté— anoche salí a ver una obra con un compañero del taller de teatro... le conté a agus, y supuestamente estaba todo bien, pero desde ahí hasta ahora —miré la hora y el reloj ya rozaba la uña— no me habló, y es raro en él —mi amiga se empezó a reír a carcajadas

—¿Sabes el tiempo que pasamos Toto y yo sin hablarnos a veces?

—Por eso dije —remarqué cada palabra— es r a r o e n él

—Porque son dos intensos insoportables, debe estar durmiendo boluda —revoleo los ojos

—Si, seguro —agache la cabeza tratando de convencerme— por eso te dije que no era nada

—Ah para —dijo ella mirando su celular— ¿este no es él? —me mostró y era una historia de uno de los compañeros que estaban en la casa de Andy, lo filmaban a él acostado en un colchón en el piso, bastante despierto, riéndose y con Jenny al lado— amiga —me pasó una mano por delante de los ojos tratando de sacarme del trance

—¿Que? —le dije como si nada pasara

—Te quedaste tildada, decí algo —un mozo se acercó justo a preguntarnos qué íbamos a comer

—¿Se habrá enojado? —pensé en voz alta, una vez que el hombre se fue con nuestro pedido

—¿No decís que le contaste y estaba todo bien? o contame bien

Flashback

—Estas... hermosa —me dijo con una media sonrisa

—Dudoso —elevé una ceja— si me queda mal decime, no me enojo, prefiero saber —se acercó a mi y me agarró por la cintura

—Estas hermosa —corrió un mechón de pelo de mi cara— como siempre —me dio un beso, que era un pico pero de esos que te quedas unos segundos de más, con tus labios pegados a los del otro