IV: Una promesa

1.6K 92 22
                                    

Nota de autor: +18 chiques, me pintó las 50 sombras de Grey, perdón.
____

Agustín


─¿Cómo que un mes? ¿es joda no? ─dejé de mirar por un segundo la computadora en la que estaba jugando al Fornite, para digirme a ella

─En serio, en dos semanas me voy por un mes ─me dijo con una expresión de resignación

─¿Pero vos queres ir? ─le pregunté sintiendo que sabia la respuesta─ ¿no te podes quedar? —realmente no me gustaba para nada la idea

─No quiero irme tanto tiempo sinceramente, pero no, no me puedo quedar, mi papá ya dijo que es una especie de orden


Le estiré mis brazos mientras hacia puchero para que se acerque a abrazarme. Cuando llegó hasta mí, la agarré por la cintura y la senté en mis piernas quedando frente a frente.


─¿Nunca estuvimos tanto tiempo separados no? va a ser raro ─le dije, mientras acomodaba un mechón de su pelo que se le había pegado en el labio

─Creo que no —nos quedamos mirando fijo unos segundos— pero bueno, siempre quise ir a Madrid —agradecí que habló y cortó esa extraña tensión que se había generado

—Sabía, sabía —y claro ¿acaso existía algo que no supiera de ella?— Bueno señorita, hay que ponerse a trabajar que ese proyecto no se va a hacer solo

—No, todavía no, en un rato —dijo fingiendo llanto y apoyó su cabeza en mi hombro

—En un rato descansamos pero primero empecemos —me levanté de la silla haciendo que ella también se pare, mientras continuaba con sus sonidos de queja

Bajamos al comedor. Mi mamá estaba cocinando algo y había un aroma exquisito.

—¿Qué es eso tía? —le preguntó Ángela mientras intentaba espiar a través de su hombro

—Sorpresa sorpresa, ya van a ver —le respondió mi mamá, tapando con su cuerpo la preparación y saliendo de la sala

—Bueno dale —la llamé para que se siente a la mesa— deja de dar vueltas

—Ufa —se sentó a mi lado y apoyó su cabeza en sus manos

—¿Ya pensaste algo? —le pregunté, se puso a buscar en su mochila y sacó una hoja

—Esto —me la mostró— pero es solo la idea, no sé por donde empezar

—Es buenísima la idea —dije luego de leer— ¿como se te ocurrió? —vi que me corrió la mirada ante esa pregunta

—En realidad no se me ocurrió a mi, me la tiró Fran

—Ah —fue todo lo que me salió responder, mientras me quedé pensando cuando habrían hablado de eso, ¿ya se volvieron a ver? ¿en que momento? ¿y no me contó nada?

—Ayer me habló, a la noche, y como le dije que estaba preocupada por esto, me empezó a tirar ideas —como si me hubiera leído la mente, me respondió

—Bueno dale, arranquemos con ésta entonces —le dije mientras encendía mi notebook para abrir word

—Acá están —mi mamá apareció nuevamente, con una bandeja— brownies de chocolate, los favoritos de mi nena —dijo mientras la apoyaba en la mesa delante de Ángela

—Ay, me muero, sos la mejor —le sonrió ella, mientras se abrazaba al plato

—¿Nena? veinte años tiene, y dame uno —me quejé intentando agarrar pero no lo logré

Nuestros silencios - ANGESTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora