X: Pactos [parte II]

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Nota de autor: Holi, perdón la demora pero rindo en unos días y estoy tratando de concentrarme en eso. Escribí esto súper rápido y no lo corregí así que sorry si hay algún error, era esto o nada. Las amo, las respeto y las valoro por el aguante :)

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Agustín

—Volvamos —insistí por tercera vez

—Un ratito más dale —me hizo puchero ella

—No, vamos —me paré y le estiré la mano para levantarla, con pocas ganas me siguió y guardamos todo

Caminamos en silencio hasta la casa. Por la hora había descendido bastante la temperatura, pero por suerte había llevado un buzo, que le pude dar a ella para que no lo sufra tanto.

Al llegar, subió las escaleras como pudo, estaba un poco mareada y no pude evitar reír.

—¿Por que no me ayudas en vez de reírte? —se quejó mientras arrastraba la mochila por los escalones

—Nunca me das bola y después me pedis ayuda, que tipa loco —dije fingiendo indignación, pero aun así caminé hasta ella y la agarré por la cintura para ayudarla a terminar de subir— a parte no te podes poner en pedo con eso, flojita

—Ay, no me puse en pedo boludo, estoy un poco mareada nomás y esta escalera es más larga que la mierda

—Que boquita la tuya, ¿con esa misma decís mamá?

—Si, entre otras cosas —mi expresión cambió y la miré serio— ¿Qué? —entró a mi habitación y se tiró en la cama

—¿Qué hacemo? —puse mis brazos en jarra mientras miraba fijamente como se acomodaba

—No vale que vos tengas esta cama enorme y yo comparta con Sol

—Privilegios de ser el único hombre de la familia —me saqué las zapatillas y me acosté a su lado

—¿Me das una remera para dormir? —me preguntó y yo estiré mi brazo para llegar a una silla que estaba al lado de mi cama con algo de ropa

—Toma esta —le di una— y escúchame una cosa, ¿que es lo que me quisiste decir recién en la escalera? —ella me miró extrañada unos segundos, como pensando de qué le estaba hablando, hasta que por fin se dió cuenta

—Aaaaah, nada, era joda, ¿qué pensaste? —me dijo mientras empezaba a realizar maniobras para cambiarse, así acostada como estaba

—No sé, que ya... —la miré y supe que ella entendió, sin que tenga que terminar la oración

—Nono, te hubiera contado, tuve situaciones... —pensó— pero no, no me sentí cómoda

—Eso es lo más importante, si no te sentis cómoda y preparada no —mientras le decía eso terminó de cambiarse y giró hacia mi

—Ya se, obvio —nos quedamos mirando unos segundos en silencio

La tensión llegó a un pico que no se pudo sostener más y nos empezamos a besar.

—Ange —le dije luego de un rato, separándome un poco

—Sh, no digas nada —me susurró y nos volvimos a besar

Pasé mis manos por su cintura, por debajo de su remera, y sentí su pierna enredarse en mí. Los besos fueron aumentando poco a poco la intensidad, hasta que no aguantamos empezar a sacarnos la ropa. Ella comenzó con mi remera y yo hice lo mismo con la suya, que en realidad también era mía. Empecé a dejar besos por todo su cuerpo y la escuché gemir, mientras terminaba de desvestirnos de a poco. Al estar completamente desnuda, la miré y pude notar que se sonrojaba.

Nuestros silencios - ANGESTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora