XXII: Los de antes

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Un mes y una semana después...

Agustín

—Bueno, ésta si es oficialmente la última joda de las vacaciones —dijo Gabi, desde arriba de la silla a la que se había subido— así que quiero ver todo el descontrol posible —gritó y los allí presentes lo empezaron a agitar como si fuera una súper estrella

—Ni hacía falta que aclararas eso —le dije entre risas mientras lo ayudaba a bajarse— con todo el alcohol que trajeron, el descontrol estaba asegurado

—Y tus hermanitas ya están empezando —me hizo un gesto para que mirara hacia un costado, donde Ángela y Sol jugaban a hacerle fondo blanco a no sé qué cosa, revolee los ojos disgustado

—¿Les parece tan temprano? —pregunté en tono de reto acercándome a ellas

—Son las doce Agu —me respondió Sol y continuó con lo suyo

—Me refiero a que recién empieza la noche —la miré desafiante, y a todo esto, Ángela miraba hacia otro lado evitando el contacto visual

La música empezó a sonar más fuerte y la gente seguía llegando, cada vez éramos más. De todos los años de la carrera, nadie se la quería perder, sabíamos que era el último Sábado antes de empezar nuevamente las clases e internarnos entre los libros.

—¡Holaa! —me gritó Jenny, acercándose a mi— al final vine —me sonrió y nos abrazamos

—Y si nena, ¿como te la ibas a perder? —agarré uno de los vasos de fernet que estaba preparando y se lo ofrecí

—Ah bueno —lo agarró en seguida— vos siempre me recibís de la mejor manera —me miró insinuante mientras empezaba a tomar, y en ese mismo instante apareció Ángela, rogué que no la haya escuchado

Se acercó a la mesada y empezó a preparar su propio Fernet. Jenny me seguía hablando pero yo ya no la escuchaba, no podía dejar de mirarla a Ángela. Llevaba puesta una pollera de jean, un top que dejaba ver parte de su panza, y unas plataformas de las que siempre usaba para ganar unos centímetros más. La conocía y sabía que le había dado paja maquillarse, así que solamente se había puesto un labial, el tono más rojo que había encontrado, y su pelo suelto, lacio, que ya estaba bastante largo, porque no se lo había vuelto a cortar.

—¿Yyyy? —Jenny levantó la voz como preguntándome algo que claramente no había escuchado— ¿vamos a cantar o no? nos están preguntando los chicos en el grupo si nos copamos —agradecí que me lo repitiera

Vi que Ángela automáticamente miró hacia nosotros.

—¿Ahora? —le pregunté demostrando que no tenía muchas ganas

—Y... después no se si vamos a estar en condiciones —rió y yo le di la razón con un gesto— tienen el coso de karaoke igual, vamos con eso, empezamos nosotros para que después se copen los demás

—¿Me pasas los hielos Agus? —me dijo Ángela, logrando que Jenny mire hacia atrás y descubra que estaba presente

—Ay hola —la saludó con una sonrisa y Ángela a penas la miró con una mueca fingida

Se los di y ella se fue sin decir una palabra.

—¿Qué le pasa? —me preguntó Jen— ¿está loquita otra vez? —recordaba que en el último tiempo había estado intentando ser más buena onda con ella, pero ahora parecía haber vuelto a ser la misma de siempre 

Nuestros silencios - ANGESTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora