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Emilio.

No podía creer que estuviera pasando de nuevo. El sonido vibrante del celular contra la madera del buro junto a mi cama me taladraba los oídos. Renuncie a la posición cómoda que había elegido para dormir horas antes y me dispuse a contestar la llamada entrante en mi celular. Ni siquiera me tome la delicadeza de verificar el número en la pantalla, porque esto se había vuelto tan repetitivo que sabia perfectamente quien estaría del otro lado de la linea.

-Hola Joaco.- Notaba su respiración acelerada, como todas las llamadas anteriores, pero sabia que si le preguntaba si se encontraba bien, él iba a darme una respuesta positiva, por lo que intentaba dejarlo pasar.

-Ho-Hola Emi, perdóname por despertarte otra vez.

Aprovecho el silencio que se estaba generando entre los dos para verificar la hora en mi celular, las 3:02 a.m.

-Ya se te hizo costumbre marcarme siempre a las 3.00 bonito, ¿Me estas haciendo una broma y aun no he caído en cuenta?- Intento aligerar el ambiente -... Ya dime la verdad.

-De  verdad te he llamado siempre a la misma hora, no lo había notado.- En su voz podía notar una cierta alegría falsa, estaba intentando hacerme creer que sus llamadas no tenían nada de especial, pero yo lo conocía mejor que nadie y sabia que mentía.

-No me mientas más Joaquin.

-No te estoy mintiendo Emilio, te pido perdón por haberte levantado, no te molesto mas, adiós.

-Oye espera, Joaquin, no me estas molestando yo quiero saber que te pasa...- El ruido de que la llamada había finalizado hizo que automáticamente detuviera mi discurso, no había nadie escuchándome.

Y el ciclo se repetía. Tenia semanas llamándome de manera constante a la misma hora, y siempre que intentaba encarar el motivo de sus llamadas, intentaba bromear con cosas estúpidas o terminaba colgándome la llamada de manera apresurada. 

Quería entender su comportamiento pero por mas que buscaba una razón lógica para lo que estaba sucediendo no lograba llegar a ningún punto. De lo único que estaba seguro es que Joaquin buscaban en mi llamada un poco de compañía, como si necesitara con urgencia escuchar una voz que lo hiciera sentir que alguien estaba junto a él. Siempre me despertaba a la misma hora y cuando la llamada finalizaba me dejaba tantas dudas en mi cabeza que me costaba trabajo volver a conciliar el sueño, esta rutina nocturna estaba acabando conmigo. Por lo que en repetidas ocasiones me había decidido apagar el celular pero terminaba arrepintiéndome, no podía dejarlo solo, él me importaba y sabia que me necesitaba, me parecía muy curioso que me marcara justo a mí todas las noches, necesitaba escuchar mi voz y yo no iba a negarle ese escape que él necesitaba.

Acomode mi cabeza en la almohada para disponerme a dormir las horas que me quedaban. Sabia que el motivo de sus llamadas era algo que tenia que resolver, y me había prometido que le preguntaría la próxima vez que lo mirará, no podía seguir evadiendo el tema, iba conseguir que me dijera la verdad. 




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Me ayudaría mucho si comparten la historia. 

Gracias por leer.

Anahí.












Sin Luz - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora