6.

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Emilio.

Ya faltaba poco para que la luz de sol nos sorprendiera en el sofá. Ya hacia horas que los invitados se habían ido del apartamento, pero como siempre Joaquin y yo nos sumergíamos en platicas triviales y se nos pasaba el tiempo volando. 

-Ya casi va amanecer Emi.

-Somos pésimos para esto, mañana vamos a tener cara de pocos amigos.

Un silencio por parte de ambos inunda la sala, la luz de la cocina apenas nos ilumina el rostro dejándome ver como las facciones de Joaquin se endurecieron de un momento a otro.

-El cuarto de invitados esta al final del pasillo, bueno que te digo, ya sabes donde esta- Intento bromear para aligerar la nueva tensión que se estaba sintiendo entre los dos. Pero muy por el contrario noto como sus ojos se clavan hacia donde apunta mi dedo y alcanzo a percibir como un escalofrió lo sacude de repente.

-Muchas gracias, yo... Buenas noches Emilio.

-Buenas noches bonito, ya sabes donde esta mi cuarto, si necesitas algo solo tienes que tocar.

Escuche la puerta de Joaquin cerrarse detrás de la mía. A pesar de que la platica había estado bastante buena, el sueño que tenia era notable, pues no me basto más que tocar mi cómoda almohada para caer rendido sin compasión, después de todo había sido un día largo y merecía descansar las horas que quedaban.











Fue un pequeño sonido lo que me despertó, pero cuando abrí los ojos el sonido se escucho más fuerte haciendo que me alarmara.

No sabia como reaccionar. Siempre había tenido mala suerte, pero me negaba a creer que un ladrón se había colado en mi casa recién amueblada. ¡Me acababa de mudar y ya entraron a robarme! Increíble Marcos, increíble.- Pensé.

No sabia que hacer, me sentía muy enojado, pero para ser sincero nunca había estado en una situación igual. Tomo mi celular y marco el número de emergencia, creo que es lo que se tiene que hacer en estos casos. El primer sonido de la llamada se hace presente en mi oreja al mismo tiempo que la voz que me llama al otro lado de la puerta, cuelgo la llamada de golpe.

-Emilio.- Una voz baja y profunda que no logro identificar. Sentía como mi corazón empezó a bombear exageradamente rápido. Una fan, pensé de repente, en la casa de mi madre era muy común que personitas se colaran para intentar conocerme o conocerla a ella, pero algo no cuadraba, tenia poco que me había mudado, no tendría sentido que hayan conseguido mi nueva dirección tan rápido, era imposible... Entonces ¿Quien?

¿Ssi?- Quería encender la luz pues me parecía una buena idea, pero el interruptor estaba junto a la puerta y no tenia el valor como para ir hacia el en este momento.

Los golpes en la puerta se volvieron a escuchar pero en esta ocasión tomaron un ritmo armónico, ¿alguien me estaba jugando una broma?... Y como si mi mente se hubiera iluminado recuerdo que no estoy solo en la casa, Joaquin esta conmigo.

El miedo que había generado mi cuerpo de pronto se trasformo en enojo, debo aceptar que era siempre yo él que le jugaba bromas a él, pero creo que en esta ocasión se estaba pasando. 

-Vete a dormir menso, no pienso hacerte caso.

Escuche su baja risa y luego sus pies comenzaron a correr hacia la habitación de invitados. Bufe cerrando mis ojos resistiendo las inmensas ganas que tenia de salir de mi cuarto y tirarle la almohada por la cabeza.

Por muy enojado que estuviera no pude evitar que por mi mente se colaran todas las veces en las que yo había asustado a Joaquin en el pasado, y sin darme cuenta la sonrisa en mi rostro no desaparecía. Habíamos pasado por mucho pero sin duda las risas no habían faltado.









Sin Luz - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora